El rodaje de una serie diaria como La Promesa exige muchas horas de estudio, preparación y grabación en el plató. Un tiempo de concentración que Ana Garcés, Jana en la exitosa ficción de La 1, trata de sobrellevar con las aficiones que le permiten desconectar del trabajo.
"Sé disociar muy bien el trabajo y mi vida. Me concentro muy rápido y sé desconcentrarme también sin ningún problema", explica la actriz, que reconoce que tiene un carácter muy diferente al de Arturo Sancho (Manuel), su compañero en La Promesa.
"Cuando me voy a mi casa, no pienso más en la serie, porque si no desconectas, te puedes volver loca", cuenta. "Me pongo otra cosa en la televisión o queda con amigos. Me encanta, sobre todo si no son actores, para que me cuenten otras cosas", dice la actriz. La Promesa "requiere un gran esfuerzo y estudiar mucho" por eso "intento llevarlo con la mayor humanidad". "Cada día es diferente, no siempre estoy espléndida ni todos los días estoy guapísima. Hay que ir poco a poco, escucharse a una misma y llevarlo con tranquilidad".
La afición más extraña de Ana Garcés, Jana en 'La Promesa'
Aunque lo llamativo de Ana Garcés es la afición, nada convencional, que tiene y que le permite relajarse en los momentos de mayor presión. "A mí me gusta mucho ver vídeos de coros. De coros que cantan", revela. "Yo he cantado muchísimo en coros, pero también me gusta ver vídeos", afirma la actriz, cuya vida ha cambiado por completo desde que protagoniza La Promesa. Antes de entrar en la serie de TVE, trabajaba en una tienda de ropa para pagar el alquiler de su casa de Madrid mientras probaba suerte en los castings a lo que conseguía acudir.
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