Pepe Domingo Castaño ha fallecido en la madrugada de este domingo a tres semanas de cumplir 80 años. Estaba tratándose la garganta y fue ingresado en el madrileño hospital de La Zarzuela. Una infección digestiva se complicó con una septicemia el periodista no pudo superarla tras una fallo multiorgánico. En Madrid llueve este 17 de septiembre. El fallecido vaticinó en su biografía (Hasta que se me acaben las palabras, Aguilar 2022) que eso iba a ocurrir.
El periodista deportivo publicó su biografía en febrero del año pasado y dedicó los beneficios a Cáritas y a Aesleme. "Es mi forma de dar gracias a la vida por todo lo que me ha dado", dijo en la promoción del libro de su vida. Como si de un vaticinio se tratara, comienza el libro hablando de la lluvia, de la muerte y del amor. Dice que ha amado más que odiado.
Dice que nunca odió. Y habla más del amor: "Sí. He recibido un montón de amor de todos los tipos: amor carnal, amor religioso, amor familiar, amor compartido. He tenido amores de todos los tipos y no me arrepiento de ninguno de ellos", escribe. También señala en la obra de su vida su terror a la otra vida: "Al más allá le tengo pánico".
Pepe Domingo relata en el libro su paso por el convento de los dominicos de Asturias. "Todos los que han vivido internos a una edad muy joven pensarán lo mismo que yo. Desplazarte a un lugar lejano, dejar a tu familia cuando estás tan ligada a ella, abandonar a tu pandilla cuando se acaba de formar. Dejar todo eso de golpe es muy duro para un chaval de 9 años. Lo que ocurrió es que me fui metiendo en el estudio. Me gustaba y empecé a sacar buenas notas. Cuando leo libros de gente que ha estado en un convento o monasterio y habla incluso de torturas, pues no sé. Para mí, dentro de la tristeza que tenía, porque era buen gallego y los gallegos básicamente somos tristes, recuerdo que fue una vida extraordinaria", prosigue.
"Aquella gente me trató maravillosamente bien. Mi paso por allí fue, sobre todo, un paso lleno de futuro. Me formé como un hombre íntegro, que se debe a los demás. También me hice consciente de que yo solo no puedo conseguir nada; de que no puedo hacerle a nadie lo que no quiero que me hagan a mí; de que hay que respetar todas las ideas, y de que se puede discutir, pero nunca dejar que las ideas te cieguen. Aprendí muchas cosas", relata.
Nació en Padrón en 1942, en una familia humilde. Eran doce hermanos
Tiene infinidad de premios, entre ellos cuatro Ondas. Comenzó a trabajar en 1964 en Radio Galicia. Ha pasado por la SER, donde fue estrella de Los 40 Principales, porque empezó hablando de música, y por COPE, donde ejercía actualmente de animador en Tiempo de Juego. También fue cantante, llegando incluso al número uno de las listas.
Pero antes de llegar a las grandes radios empezó en el convento de los dominicos de Asturias. "El padre Iparraguirre, del que me acuerdo mucho porque era muy simpático, un día dijo: "Vamos a montar una emisora para divertirnos. ¿Quién se presenta voluntario?". El primero fui yo. Entonces él cogió a tres, nos probó y dijo: 'Tú, Castaño, vas a ser la voz'. Y así fue. Fui la voz de aquella emisora. Hacíamos obras de teatro; cuando íbamos de viaje escribíamos la crónica; hacíamos entrevistas a los frailes. Cuando me fui a Palencia, al noviciado, el padre Iparraguirre se despidió de mí y me dijo: "Castaño, no sé si seguirás en la orden, porque ahora viene el noviciado y tendrás que decidir, pero que sepas que, si no sigues, vas a ser locutor de radio. Eres muy bueno y vales para esto". Aquellas palabras se me quedaron grabadas y se fueron haciendo sueño primero, y luego realidad", recuerda Castaño en sus memorias.
"Recuerdo que cuando vine a COPE todo el mundo decía: '¿A dónde vas, hombre? Vas a estar rodeado de obispos por allí en el estudio'. Y llegué un poco acojonado: '¿Dónde me meto?'. Pero la verdad es que no vi a ningún obispo ni a ningún cura, y pensaba que la gente estaba muy equivocada con esta cadena. Nunca he tenido más libertad que cuando he estado en COPE. Libertad, cariño, comprensión, amor", dice Pepe Domingo negro sobre blanco.