Oscar Cornejo y Adrián Madrid están de luto pero no todo Mediaset irá al funeral de su programa. Los productores del fallecido Sálvame tienen a la enemiga en casa y se llama Mediaset, que ha tardado 14 años en darse cuenta de que el magacín presentado entre otros por Jorge Javier Vázquez es "telebasura", como la propia cadena se empeña ahora en resaltar en su nueva política de comunicación.
Sandra Fernández, la directora de comunicación del grupo, recibió este viernes poco después de las seis de la tarde una llamada de cortesía desde Informalia. No era para hablar del follón de MediaForEurope en Holanda, ni de la cotización en España de su empresa, ni tampoco para preguntarle por qué Massimo Musolino, consejero delegado (Gestión y Operaciones) y amigo íntimo de Vasile, andaba pidiendo explicaciones de muchas cosas.
Solo avisábamos de que en cuestión de minutos íbamos a publicar que Ana Rosa Quintana presentará las tardes de Telecinco y también que eso suponía el final de Sálvame y su universo desde mediados de junio.
Al otro lado del móvil, la dircom de la cadena dijo al principio estar "en shock" ante lo que le anticipábamos para a continuación expresar que la postura oficial de la cadena era que ni desmentía ni confirmaba nuestra información. También sabíamos de fuentes de la propia Mediaset que este lunes tenían previsto comunicar el cambio y que antes un medio había pactado con ellos adelantarlo una horas. Tal vez no tantas. Porque en La Fábrica de la Tele no lo sabían, según sus mandamases.
Ana Rosa presentará las tardes de Telecinco: Mediaset mantiene a Jorge Javier pero fulmina al universo Sálvame https://t.co/f5wWaJbZkQ
— Informalia (@Informalia) May 5, 2023
Sandra Fernández pidió en un principio que retrasáramos la publicación hasta el lunes pero no pudimos aceptarlo porque éramos conscientes de que la propia cadena iba a contarlo en menos de 72 horas. Pidió entonces unos minutos antes de que publicáramos, para "descolgar teléfonos", además de explicarnos que se hallaba en medio de un asunto familiar.
Llamó al menos a Alessandro Salem y le avisó de que había que adelantar el plan de comunicación. Al mismo tiempo, desde Mediaset alertaron al menos a un tercer medio de que la noticia iba a salir de forma inminente.
El periódico con el que Mediaset había pactado dar la noticia del fin de Sálvame supo entonces que debía adelantar la información que pensaban dar el lunes, horas antes de que el gigante mediático lo comunicara. Sandra Fernández sostiene que no avisó a El Mundo pero admite que contó a su jefe la noticia. El hecho es que el periódico fue avisado y lógicamente hizo su trabajo lo más rápido que pudo. fuentes de El Mundo nos confirman que "se pasa la vida hablando" con determinada redactora y que en el periódico de Unidad Editorial adelantaron a toda velocidad la publicación tras ser alertados.
Aun así, Informalia difundió la noticia en primicia pero solo unos minutos después El Mundo adelantó en la web el reportaje que no iba a dar el viernes en un principio y que también contaba el fin de Sálvame y la llegada de Ana Rosa a las tardes.
Esto serían simples batallas de pasillos en la trastienda de los medios, de esas que suceden a diario, si no fuera porque nuestras fuentes aseguran que la exigencia desde Mediaset a El Mundo, a cambio de tanta valiosa filtración, era que golpearan denostando con crueldad al programa Sálvame, incluyendo el titular "adiós a la telebasura", como así fue, pero que añadieran que su jefe quiere una tele "amable y familiar".
Lo interesante llega ahora: ¿Por qué los responsables de Comunicación de la nueva Mediaset tienen interés en bautizar como "telebasura" a quienes aún están entre sus filas e incluso conservan en antena programas como Viajando con Chester, Socialité, Focus o Todo Es Mentira?
La respuesta tiene miga y apunta a que los productores de La Fábrica de la Tele, responsables de Sálvame o Deluxe, los formatos que han sido exterminados, tienen al enemigo en casa. El plan es sacrificarlos a ellos para salvar a la cadena. Pero en el departamento de Comunicación parece que ponen especial celo en su labor. No es que la medida no sea aplaudida y la decisión legítima, dada la situación de la cadena; lo extraño es que desde la propia Mediaset incidan en remarcar desde el medio al que entregan sus filtraciones que pongan "adiós a la telebasura", tan cierto y acertado calificativo como impropio para ser usado desde Comunicación de la cadena, aunque sea por detrás.
¿Es necesario pedir desde la propia Mediaset que pongan en el titular "adiós a la telebasura"? Eso nos cuentan que pasó fuentes del periódico: "Lo pidió Mediaset". Comunicación de Mediaset lo niega y por supuesto tampoco admiten que filtraran la noticia. Tomamos nota de su versión. Sería tremendo que lo admitieran, claro.

Hace semanas, el especial dedicado a Ana Obregón sustituyó al Deluxe un viernes. El programa, que fue un rotundo fracaso, estaba producido por Santi Botello, es decir, Mandarina, donde trabajó Sandra Fernández, amiga de otro de los responsables de esa empresa, Pedro Revaldería, y fue presentado por Santi Acosta, ex marido de Sandra y padre de sus hijos.
La periodista dirigió en 2007 Dolce Vita, producido por Mandarina y presentado por Santi Acosta. También fue directora de contenidos de Kometa, la otra productora implicada en el especial de Ana Obregón que sustituyó por una noche a Deluxe. Antes, la canaria había dirigido Salsa Rosa en el mismo canal, presentado por Santi Acosta y producido por Boomerang.
Pero Sandra sufrió las iras de La Fábrica de la Tele también con Enemigos íntimos, otro Talk Show de Mandarina presentado por Santi Acosta. El programa marcaba buenos índices de audiencia pero usaba como combustible dardos contra personajes que salían en el universo Sálvame. Entonces, Adrián Madrid y Oscar Cornejo subían a los despachos de Vasile y otros ejecutivos de la cadena para pedir el final del formato, y lograron cargarse al programa, dejando sin trabajo a Sandra Fernández (que fue sustituida en la dirección) y a Santi Acosta, que en aquel momento atravesaban además una situación personal complicada, en plena separación. O sea, además de las indicaciones de su presidente y de su Ceo, Sandra tiene razones personales para machacar a La Fábrica y arrastrar su cadáver con titulares que lleven la palabra "telebasura". Pero no puede hacerlo públicamente, donde tiene que mantener la compostura. Ella tiene otra versión que, básicamente, consiste en negar lo que aquí contamos.

Estrategia de blanqueo: llamar "basura" a los programas de La Fábrica y luego pasear la cabeza de los sacrificados por los medios
La prioridad en la nueva estrategia de comunicación de la cotizada es transmitir el mensaje que, según todas las fuentes consultadas, propuso Comunicación de Mediaset al periódico de Rizzoli, los propietarios italianos de El Mundo, incluso antes de la llegada de Sandra para sustituir a Mirta Drago. Trabajadores del departamento nos aseguran que fue muy criticado ya en las últimas semanas de Mirta Drago al frente, que le filtraran informaciones a quienes titulaban y escribían luego "a degüello" contra la cadena y especialmente contra La Fábrica de la tele. Otra cosa es que haya motivos, lo cual es evidente.
El mantra ahora es contar que Alessandro Salem se carga "la telebasura" y que quiere "una televisión familiar, respetuosa y amable". Comprensible estrategia. Pero tal vez sería más indicado hacer hincapié en el blanqueo de la nueva programación que en la podredumbre de la vieja.
El rotativo del milanés Urbano Cairo es el mismo al que le filtraron la noticia del nuevo código ético de Mediaset. La salida de Paolo Vasile, que tuvo que emplearse a fondo para aclarar que lo suyo no era un despido, se filtró desde fuentes cercanas a Borja Prado, o eso sospechan en Milán y en Roma. Chapeau por los colegas que por las circunstancias que sea han dado noticias de tanto alcance en relación al canal de Berlusconi. Sandra Fernández llegó en marzo, cuando algunas de estas filtraciones ya se habían producido con su antecesora.
"Mediaset no tiene que ser salvada sino conservada como es"
Otra cosa es la conducta de Mediaset para con sus propios espacios y trabajadores, los mismos que ayudaron a ganar gran parte de los 3.700 millones de beneficios durante sus 24 años de gestión al anterior responsable de la cadena, cifra de la que presumía al salir por la puerta Paolo Vasile, aquel que dijo en Esquire el día que se iba que "Mediaset no tiene que ser salvada sino conservada como es". Poverino!
Pero, ¿y por qué ese interés de los nuevos responsables de Comunicación de MediaForEurope (antigua Mediaset) en España en filtrar suculentas noticias a quien llama abiertamente "telebasura" a su producto?
Sin perjuicio de que, efectivamente, nadie pueda extrañarse de que Sálvame, ahora en estado terminal, representa el icono mismo de la telebasura, resulta como poco llamativo que quienes tienen que defender la imagen del gigante audiovisual promuevan la utilización contra una parte de sí mismos de adjetivos malolientes que manchen sus programas. Por muy adecuados que sean y justificado que esté el epíteto.
Sandra Fernández, cuyo nombramiento como sucesora de Mirta Drago al frente del departamento de Comunicación adelantamos, sigue las órdenes de Alessandro Salem, quien concluyó que para limpiar la imagen de la nueva Mediaset había que cubrir de mierda a La Fábrica de la Tele y sus programas estrella y luego presumir de que prescindían de ellos: colgar carteles luminosos (artículos en medios) diciendo que se quitaban toda esa telebasura de encima y que ahora serían blancos y puros tras desinfectar Fuencarral.
Recuperamos la frase que, según nuestras fuentes, venden desde Mediaset cuando llaman a algún periódico: "Fin de la telebasura pero Salem quiere una televisión familiar, respetuosa y amable". Es decir, lo contrario de lo que hace La Fábrica. No les faltan argumentos para descalificar algunos de los productos de La Fábrica de la Tele. Pero la batalla viene de lejos. Recordemos aquel memorable momento de Todo Es Mentira, producido por Cornejo y Adrián Madrid, en el que se choteaban del mismísimo Borja Prado, ya presidente, diciendo que iba al cumpleaños de Aznar con cara de funeral, y retratado del brazo de su mujer. Seguro que fue un accidente.
Es verdad que Sálvame ha degenerado y apesta tanto como algunos de sus colaboradores, sus insultos, su violencia retórica, sus polémicas prefabricadas y sus realidades paralelas. Pero hace falta ser poco analítico para no reconocer las inmensas virtudes de un programa que hoy puede estar agotado pero que técnicamente es un prodigio de precisión y que ha aportado hectómetros de audiencia y dinero a espuertas a las cuentas de resultados de la cotizada durante 14 años, los mismos que al parecer ha tardado Mediaset en darse cuenta de que eso era telebasura.
Pero ya veremos si el remedio es peor que la enfermedad porque desvestir la mañana para purificar la tarde implica enormes riesgos, como bien saben Ana Rosa Quintana y Unicorn Content, su productora
Contar la historia de la televisión reciente en España sin Sálvame y sin Jorge Javier Vázquez es imposible. Hasta los mayores detractores del denostado formato han de reconocerlo. Y no seremos sospechosos en Informalia de haber adulado jamás a quienes han emitido barbaridades, abusado de su posición, machacado personas, bordeado la ley, perdido sentencias en los tribunales o se han obcecado con asuntos como el de Rocío Carrasco y su docudrama de pensamiento único por capítulos. Pero, dicho esto, ¿quién está tres lustros en antena a un ritmo de cuatro horas de directo al día? Y eso solo con uno de sus programas.
Ahora Adrián Madrid y Óscar Cornejo reciben disparos de fuego amigo desde su propia cadena, que creó un código ético contra los principales formatos de estos productores y ahora se encarga de calificarlos en los medios como "telebasura", aunque no públicamente, claro. Da igual cómo lo cuenten. Los hechos describen la realidad mejor que cualquier comunicado.
Mediaset es propietaria de la tercera parte de La Fábrica de la tele, por eso es aún más doloroso que se haya dado la orden de defenestrar y arrastrar (bajo cuerda, claro) a quienes aportaron tanto y, por cierto, crearon un nuevo modo de hacer entretenimiento muy imitado, además de proporcionar infinitos momentos televisivos gloriosos (y muchos, bochornosos).
La elegancia no es la principal virtud de los nuevos gestores si recomiendan a los medios a los que filtran sus noticias que a cambio descalifiquen a los programas que van a fulminar. Por supuesto, los aludidos de Mediaset negarán estar pidiendo sotto voce que se ataque a sus propios programas. Solo faltaba que lo admitieran.
En La Fábrica de la tele se enteraron por la prensa del final de Sálvame
Cuando este viernes los dueños de la productora de Sálvame vieron publicada la muerte de su hijo, fueron a hablar con su gente para decirles que se habían enterado por la prensa de que retiraban sus programas para añadir que no se merecían ese final, tal y como ha contado El Periódico de Catalunya.
Adrián Madrid y Oscar Cornejo, que no son precisamente dos angelitos y se han hecho ricos con sus polémicos pero generalmente eficaces productos, tienen en esto toda la razón. Pero la hoja de ruta trazada por Comunicación de Mediaset para desvelar el final de Sálvame y la llegada de Ana Rosa a las tardes no comenzaba este viernes, sino este lunes, cuando habían pactado con El Mundo que publicaran el final de Sálvame, incluyendo en el titular eso de "Adiós a la telebasura".
En el texto que El Mundo corrió a publicar en su web minutos después de que Informalia sacara la primicia, se decía en la primera versión que Mediaset confirmaría su información "en las próximas horas" por la sencilla razón de que estaba escrito para salir el lunes, que es cuando efectivamente lo iba a oficializar la cadena.
La información llevaba hasta la caricatura que ilustra las páginas de Papel. Pero la noticia adelantada por este portal forzó que salieran a toda velocidad on line en cuanto Mediaset les avisó de que debían adelantar la explosión controlada de semejante bomba porque otro medio iba a lanzarla. No es una excepción porque tanto fuentes de Fuencarral como de Unidad Editorial nos repiten que desde los despachos que antes ocupaba Mirta Drago alguien "se pasa el día hablando" con la redacción del medio elegido para liderar el linchamiento público de los compañeros sacrificados. Felicitemos a los colegas por dar buenas informaciones. Otra cosa es el papelón de Mediaset. Y es que el dueño milanés de Unidad Editorial, que una vez se la jugó al mismísimo Berlusconi, posee en Italia medios tan poderosos como Corriere della Sera, Oggi o La Gazzetta dello Sport, tan útiles ahora para la familia Berlusconi. Enhorabuena a los autores de la primicia.