Televisión

El Yoyas, en busca y captura, se esconde en un bosque pero atiende a la prensa: "Improviso con los bolsillos vacíos. Estoy jodido"

Carlos Navarro, conocido como El Yoyas desde que participó en la segunda edición de Gran Hermano, es un prófugo de la justicia. Condenado a cinco años y ocho meses de prisión por un delito de maltrato habitual y lesiones a su ex pareja, Fayna Bethencourt, y a los dos hijos que tienen en común, permanece huido desde hace días. 

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Está en busca y captura y se esconde en un bosque. "Ahora no vivo, improviso, con los bolsillos vacíos. Estoy jodido", explica El Yoyas en la entrevista que ha ofrecido, tras salir de su guarida, a un periodista de El Mundo. Navarro, que durante años fue colaborador de programas de televisión, desde Crónicas marcianas hasta Salvados, arremete contra la ley contra la violencia de género y se describe como un "cabeza de turco" que ha sido "condenado por una ley injusta e inconstitucional que, entre otras cosas, a los hombres nos mata civilmente como padres".

"Por culpa de esa ley hay muchos padres como yo, que llevo casi seis años sin ver a mis hijos y ahora escondiéndome como si fuese un criminal. No he hecho nada en mi vida para merecerme esto", explica. Pero la sentencia es clara y habla de un "clima de terror" en el domicilio y de una actitud de "control, de desprecio y de humillación" hacia Fayna. Además, según el citado medio, se dirigía de forma "violenta" a su hija "cada vez que le llevaba la contraria y se enfrentaba a él". Además de cárcel, Navarro tiene una orden de alejamiento y privación de la patria potestad durante cuatro años. También debe indemnizar con 12.000 euros a las víctimas.

El Yoyas presentó hace unos meses una querella por falso testimonio contra Fayna que fue desestimada y ahora está recurrida. En su defensa, Navarro dice que el primer maltrato denunciado, que se sitúa en 2013, coincide con un texto publicado en un libro de Fayna que habría sido grabado en el disco duro del ordenador en el año 2012. "Si se compara la sentencia, a partir de su denuncia, y ese texto se podría considerar un plagio, debido a que la historia coincide, con algún detalle cambiado, pero el resto es textual".

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Durante su entrevista, El Yoyas explica que no ha ido "a psicólogos ni psiquiatras, no me he medicado nada. Durante una época mi psicólogo fue el whisky y mi terapia el espejo, y eso me llevó a siniestrar dos coches en seis meses y que mi vida me importara una mierda". Ahora, dice estar "bien". "Pero me encuentro emocional y económicamente en la ruina".

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