"Patricia, en esta prueba has hecho historia. En diez años de programa, primera vez que vemos a una finalista que no quería luchar por la chaquetilla. Has sido una absoluta decepción". Con estas palabras calificó Jordi Cruz la actitud de Patricia Conde en la última prueba de exteriores de Masterchef de la que debía salir el segundo duelista que se enfrentará esta noche a Lorena Castell en el cara a cara final del programa de La 1.
Conde, que había protagonizado una trayectoria ascendente a lo lardo de todo el concurso, sorprendió con una actitud extraña en el reto que la enfrentó a Manu Baqueiro y María Escoté en el Hotel Ritz de Madrid. Los espectadores comprobaron cómo la presentadora y actriz tiraba la toalla y dejaba de competir, sin interés por remendar una situación que le iba a dejar fuera de la competición. Muchos se preguntaban en las redes sociales qué había pasado fuera de cámara para que tomase esa insólita actitud.
Después de la emisión del programa de este lunes -TVE dividió la final de Masterchef en dos noches- Patricia Conde dio algunas explicaciones a través de un extenso comunicado que colgó en su cuenta de Instagram.
"Cuando me gritan o no me tratan bien, no lo sé gestionar"
"Un día nos dijeron 'esto es un show, no un programa de cocina'. Ha habido amor, ha habido guerras, yo siempre he sido partidaria del amor y del humor. Y cuando me gritan o no me tratan bien, no lo sé gestionar", comienza Conde en su exposición. "Realmente en la final me bloqueé ante tanta presión, pero no solo la del cocinado, sino la de toda la gente que tenemos en frente dando órdenes y sobre todo de lo que dirán de nosotros en redes sociales después. Que ya sabéis algunas terribles consecuencias", explica en un comentario que obviamente lleva a pensar en el trágico final que tuvo Verónica Forqué hace un año.
"Nunca había visto Masterchef y quise investigar desde dentro. Y les estoy eternamente agradecida por la oportunidad de que todos me hayan conocido y ahora sepan que soy actriz y no presentadora por ejemplo. Lo he dicho muchas veces, soy sensible y vulnerable y mi salvavidas es el sentido del humor. Nos dicen que cocinemos o que hagamos un show divertido, como los que nos ha ofrecido mi querido Xavier", prosigue Conde. "Cada uno vive las experiencias a su manera, no todos somos iguales, pero lo que yo he hecho ha sido tratar a todos mis compañeros con respeto pasara lo que pasará. Y, en lugar de sacar el estrés gritando o insultando a los demás, he preferido reírme de mí misma e inmolarme en un divertido show para quitarle hierro al asunto", confiesa.
"Y por los comensales no os preocupéis, no solo les dan lo que cocinamos, en el Ritz había más comida", dice. "Yo no le pedí a nadie llegar a la final. Yo no eché a Isa o a Nico, de hecho me pareció injusto y me hubiera cambiado por cualquiera de los dos, ellos lo saben", comenta en referencia a unas palabras de Jordi Cruz, cuando le dijo que pensase en Isabelle Junot, que se había quedado fuera de la gran final. "Quiero pedir perdón a mi familia (ellos saben bien que si no duermo no funciono) amigos, al equipo de Masterchef y a todos los que han creído en mí más que yo misma. Pero sabéis lo que os digo, que el giro de la película era que Manu se llevara la chaquetilla porque se lo merecía más que nadie y me sobraban los motivos para frenar y dejar que me adelantara".
"Siento no haber sido más competitiva, y ambiciosa, soy así… cómo habéis visto, tímida, algo rebelde y muy sensible… Y payasita. Y, sobre todo, no puedo con las mentiras y antes de ofender a un compañero o creerme mejor que nadie, prefiero reírme de mí misma y ofrecer un show", indica a sus seguidores. "Lo vuelo a decir, la televisión es mentira. Gracias a todos", concluye.