RTVE lleva meses aplicando una estrategia que pasa por acaparar cuantos más derechos deportivos mejor. La cadena pública ha dado un nuevo paso en este hoja de ruta con la adquisición de los derechos de las dos próximas finales de la Champions League que se celebrarán en 2023 y 2024.
La jugada, en este caso, implica un riesgo importante porque solo hay un equipo español, el Real Madrid, con opciones de llegar a la final del 10 de junio de 2023 que se disputará en Estambul (Turquía). Es el único que ha pasado a octavos de final -se enfrentará al Liverpool- después de que Barcelona, Sevilla y Atlético de Madrid hayan caído eliminados.
La Champions volvió a La 1 el pasado mes de mayo, cuando RTVE llegó a un acuerdo con Movistar Plus+, poseedora de los derechos, para dar en abierto el partido de la final. El encuentro, celebrado el 28 de mayo entre Real Madrid-Liverpool, reunió 7.716.000 espectadores, un 52,8% de cuota, que vieron al Real Madrid ganar su decimocuarta Copa de Europa al imponerse a su rival en el estadio parisino de Saint Denis.
La final de la Champions, unida otros eventos celebrados en mayo, como Eurovisión, permitió a La 1 mejorar su audiencia ese mes (9,5%, un punto más de lo habitual) pero no le permitió llegar al doble dígito. Al mes siguiente, la audiencia volvió a caer y la media se situó en el 8,4% para una cadena desnortada y con una crisis estructural que es impermeable a los eventos especiales que solo nutren de audiencia de forma puntual y extraordinaria.
La ambición de RTVE con los derechos deportivos ha ido mucho más allá de la final de la Champions. Después de años sin ofrecer grandes eventos, y mucho menos futbolísticos, RTVE emitirá a partir del 20 de noviembre el Mundial de Qatar, un torneo en el que tiene puestas todas las esperanzas para frenar su gran crisis de audiencia que sufre desde hace tiempo. La pública también posee los derechos de la Selección hasta la Eurocopa de 2024. Asimismo, ha comprado la Copa del Rey hasta 2025.