Poco queda de aquella Ana de Armas que se presentó a un casting a los 18 años y consiguió el papel de una de las alumnas de El Internado, la serie que emitió Antena 3 en 2007. Ahora es una auténtica estrella mundial y protagoniza una de las películas del año, Blonde, ya disponible en Netflix. La noche que se presentó en el Festival de Venecia, la actriz recogió un aplauso de un cuarto de hora. Su nombre ya suena para los próximos Oscar.
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Cuando se anunció que Ana de Armas protagonizaría la película sobre la vida de Marilyn Monroe, basada en la novela de Joyce Carol Oates, muchos se echaron las manos a la cabeza. Una cubana interpretando al gran mito del cine americano y un icono pop imborrable cuya imagen perdura 60 años después de su muerte. El director, de la cinta, Andrew Dominik (Chopper, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford), no tuvo dudas cuando vio a la española –tiene la doble nacionalidad– en la primera prueba que hizo delante de él. Tampoco Brad Pitt, productor de esta cinta en la que ha estado trabajando más de diez años. Antes, por cierto, se habían barajado los nombres de Naomi Watts y Jessica Chastain como protagonistas. El resultado no ha podido ser más brillante y la opinión es bastante unánime sobre el trabajo de Ana de Armas como transmisora de esa vulnerabilidad de Marilyn que Dominik quería plasmar en las dos horas y 47 minutos que dura la película. También ha convencido el nivel de inglés de la actriz, que pasó nueve meses perfeccionando un acento para esconder el deje cubano, aunque algunos todavía lo aprecian. Y ese es, precisamente, otro triunfo de Armas: conseguir que Hollywood supere el miedo y permita que actrices latinas no solo hagan personajes de latinas.
El gran salto de Armas
Blonde no es un biopic al uso. La intención es indagar en el camino que va desde la Marilyn más deseada a la esfera privada y desconocida de Norma Jeane. Una deconstrucción del mito que ha permitido a Ana de Armas dar el salto definitivo en una carrera que desde hace tiempo va muy en serio. Lo de Ana de Armas en nuestro país duró poco. Después de El Internado, rodó la serie Hispania o la película Mentiras y gordas. Al poco tiempo decidió instalarse en Los Ángeles. Allí debutó con Knock Knock, pero el primer aviso de que su carrera empezaba a estar enfilada fue Blade Runner 2049.
El pelotazo lo dio con Puñales por la espalda –estuvo nominada a los Globos de Oro– y después fue chica Bond en Sin tiempo para morir. También protagonizó Deep Water, donde conoció a Ben Affleck, con quien mantuvo una relación sentimental. Su próximo proyecto es Ghosted, una película con Chris Evans que emitirá Apple TV+.