Cambio radical en la carrera profesional de Boris Izaguirre. De los concursos y los programas de divertimento se pasa al mundo de la arqueología con un programa para Atresmedia en el que indaga sobre los vestigios del Imperio Romano en nuestro país.
El venezolano, que cumple 57 años el mes que viene, ha pasado unos días en Galicia y mató dos pájaros de un tiro. A su labor profesional ha unido la celebración de sus treinta años de amor con su marido, Rubén Noguera, con el que lleva casado tres lustros. Juntos han recorrido la tierra chica de este último, visitando ciudades como Lugo, Santiago de Compostela, Vigo y la ría de Arousa.
Fue precisamente en Santiago donde el que fuera enfant terrible en las Crónicas Marcianas de Javier Sardá y su marido se conocieron a los pocos meses de que, en 1992, Izaguirre dejara su país para instalarse en España. Dicen que el flechazo fue absoluto. Fue entonces cuando Rubén, al afianzarse la relación, le dijo a Boris que se le notaba que quería ser famoso, pero que él prefería mantenerse en el anonimato. Como así ha sido.
Nogueira es diseñador de interiores, escaparatista y amante de la cultura mexicana. Mantiene una buena amistad con Isabel Preysler y su hija Tamara Falcó y es uno de los mayores apoyos de Boris en su vida cotidiana.
De hecho, el popular presentador define a su esposo con admiración absoluta: "Es un santo del que estoy profundamente enamorado". Seguramente, el próximo 29 de septiembre celebrarán una fiesta con sus íntimos para conmemorar el 57 cumpleaños del venezolano. La productora MBC es la responsable del programa que presenta Izaguirre y que verá la luz en la pequeña pantalla a principios del 2023.