Dice Carlos Maldonado que cuando se presentó al casting de Masterchef "no creía en la televisión". "Llegué sin ánimo de ganar. Lo veía una tontería", reconoce el vencedor de la tercera edición del talent culinario de TVE. "Estando dentro, te das cuenta de que es mucho más real de lo que pensaba. Y descubrí que me gustaba la cocina y que me iba a dedicar a ello. Yo no estaría aquí si no hubiera pasado por ese programa. Igual ni siquiera hubiera sido cocinero", admite Maldonado que, con el tiempo, se convirtió en el primer ganador de este programa en todo el mundo en conseguir una estrella Michelin.
Lo ha logrado con el restaurante 'Raíces' que abrió en Talavera de la Reina (Toledo) y que ahora da nombre al documental de dos capítulos que acaba de estrenar RTVE Play, la plataforma de streaming de la cadena pública. Dos episodios que relatan su ascenso al Olimpo de los cocineros a través de un viaje que comienza en la niñez y una adolescencia calificada de "alborotada".
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"Quise correr antes de saber andar, desgraciadamente. Y si no llevas casco, la hostia está asegurada", confiesa. "Todo lo cabroncete que haya podido ser, no tienen nada que ver con mi familia, que ha sido de diez y me ha dado una educación ejemplar", explica, al tiempo que indica que todo empezó en el colegio. "Yo no era bueno en clase, igual no me enseñaron las capacidades que podía tener, y solo realzaban mis errores. En el colegio solo me decían que yo no valía para estudiar y al final te lo terminas creyendo", lamenta Maldonado, que buscó sentirse "arropado" en la calle y lo hizo con otros "cabezas huecas". "Buscas un desahogo absurdo, sentirte machote, útil... Hasta que llegas a casa, te miras al espejo, ves a tu familia magnífica y te das cuenta de que tú no eres así", relata. Las "consecuencias" de los típicos "actos erróneos de un niñato" le hicieron cambiar. "Es jodido, porque haces daño a personas que quieres mucho".
"Mi historia es la de cualquier chico incomprendido"
A Carlos le dijeron más de una vez en el colegio que no iba a llegar a nada en la vida. "Esa frase es mítica: Tú no vales, ya te puedes poner a trabajar", recuerda. "Mi historia es la de cualquier chico incomprendido. Yo no me considero tonto, como decían. Todos somos útiles y valemos para algo, pero tenía que desarrollarlo. No todos tenemos que seguir la misma puta línea", destaca.
Ahora, con una estrella Michelin en su restaurante y un delivery ('El Círculo') que abre en Madrid, el chef disfruta del éxito, aunque advierte de que tiene que "seguir remando y caminando" sin mirar a ese pasado que le marcó. "No quiero callar bocas. Es por mí y lo que venga detrás. Tengo un hijo de 5 años. ¿Y si le pasara lo mismo? ¿Y si suspende todo? Solo hay que encontrar su potencial. Igual es el mejor peluquero o el mejor frutero del mundo. ¡Sé lo que te gusta y lo que te haga feliz!", sentencia.
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Con aquella etapa superada, Carlos Maldonado dio un paso definitivo en su vida cuando se presentó a las pruebas de Masterchef y acabó ganándolo, al mismo tiempo que se metía en el bolsillo a todos los espectadores del programa que, posiblemente, vieron en él la evolución del "chico normal" que dice ser.
"Masterchef te educa profesionalmente y te abre los ojos a la mejor profesión del mundo", afirma. Aunque pronto entendió que el verdadero trabajo para convertirse en alguien en el mundo de los fogones comenzaba una vez estaba fuera de los platós de televisión. "Lo importante es empezar a remar y convertirte en un gran cocinero cuando sales".
