Debería haber sido la noche más feliz para Chanel, pero acabó en pesadilla (real) por la falta de empatía de muchos espectadores que pagaron directamente con ella su rabieta (y mal perder) por la derrota de Rigoberta Bandini y Tanxegueiras, favoritas del Benidorm Fest hasta que un huracán latino de Barcelona se llevó por delante sus aspiraciones.
Muchos se olvidaron de ese alegato en favor de la salud mental que hasta hace dos días centraba la conversación en medios y redes sociales. Lo de evitar las críticas sangrientas y el machaque personal quedó a un lado y Chanel fue víctima de lamentables mensajes, solo por haber conseguido una victoria que, según ellos, merecían otras. "Me he borrado Twitter por todo el hate que estoy recibiendo", reconocía la artista el domingo por la mañana, horas después de haber levantado el trofeo del Benidorm Fest que le permitirá representar a España en Eurovisión. No era un comentario cualquiera y hay un detalle que certifica. "Hoy he soñado que me tiraban un tomate". Hasta ese punto había llegado la situación.
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Chanel no pretende convencer, pero sí pide respeto. "No quiero un apoyo incondicional, lo que no quiero es ese hate, porque estamos hablando de la salud mental y emocional, y no se puede jugar con eso. Yo estoy bien, pero igual otra persona no lo estaría. Es muy delicado", explica. Porque una cosa es lamentar que pierdan tus favoritas o criticar el sistema elegido para las votaciones, y otra muy distinta, atacar a quien ha logrado una victoria que empezó a saborear el miércoles. Ese día, en la primera semifinal, Chanel sorprendió a todos con una actuación arrolladora, desbarató todas las previsiones y presentó su candidatura en firme para llevarse la competición.
Las críticas en redes sociales no tienen nada que ver con la buena relación que Chanel Terrero tiene con sus compañeros de concurso. "Te agarramos del brazo tal y como lo hacíamos en nuestra canción. Hermana, lo vas a petar", escribió en Instagram Rigoberta Bandini este domingo. A Chanel se le cayeron las lágrimas al enterarse de ese mensaje. "Ayer nos miramos a los ojos y no hicieron falta palabras. Sentí su apoyo y el de Tanxugueiras también", explica. "Que [Rigoberta] lo diga en público da ejemplo y demuestra que las cosas se pueden hacer con amor y compañerismo", dice.
Chanel: "Yo no soy político, yo soy artista"
La intérprete de Ay mamá era una de las grandes favoritas para ganar con un 'himno' feminista que había generado una corriente de euforia. Y el trío gallego también estaba en lo más alto con un con contundente tema que apuntalaba el relato de la diversidad cultural y lingüística. Con un público dividido entre una y las otras, Chanel salió beneficiada gracias el apoyo del jurado (ahí está la polémica) y en contra del televoto. Ella también cree que "queda muchas cosas por cambiar, siempre desde el arte y desde el amor", apunta. "Yo no soy política, yo soy artista. Subo al escenario y doy lo mejor de mí. Yo no sé de politiqueo, sé de emociones, de disfrutar y emocionar".
Chanel nació en Cuba, en 1991, y a los tres años se instaló con su familia en Barcelona. Lleva trabajando desde los 16 años como bailarina y actriz, y su presencia ha sido constante en un sinfín de musicales. Ahora ha dado el salto a la primera línea y es consciente de que tendrá una posición protagonista que servirá de inspiración. El domingo ya tenía un séquito de niños que buscaban hacerse una foto con ella. "A mí me hubiera encantado ver cuando era pequeña a una mujer libre, empedrada, racionalizada en este caso, teniendo protagonismo, pisando fuerte y siendo humilde", destaca.