Manolo Oliveros, el histórico narrador de los partidos del FC Barcelona en COPE, reapareció este domingo con motivo del Clásico para dar la última hora sobre su estado de salud a los oyentes de Tiempo de juego. El locutor lleva de baja desde principio de temporada por motivos de salud. "Tengo una lesión congénita que ha despertado", explicó a Paco González hace unas semanas.
Oliveros explicó que el pasado miércoles, 20 de octubre, ha tenido que someterse a una arteriografía en el hospital Vall d'Hebron. "Cuando te llama el doctor y te cuenta en qué consiste pues estás temeroso y expectante, pero con ganas de que llegue ese día", declaró asegurando que la prueba tiene el objetivo de "saber con detalles y precisión cómo está esa lesión arteriovenosa en la parte izquierda y cavernoma de mi cerebro".
"Suena horrible, pero no es tan horrible", espetó González. "Ahora, según me dijo la doctora Castro, este martes está previsto una reunión de todo el equipo de neurocirujanos, que estudiarán con detalle ese nudo, que no llega bien la sangre desde las arterias hacia las venas porque no están los vasos capilares. Verán si hay tratamiento, que podría ser una intervención quirúrgica, o bien si hay medicación, o bien no hacen nada. Ellos proponen y yo decido".
Después, Oliveros aclaró en qué consiste la arteriografía: "Me meten un tubo delgado que se llama catéter, te lo colocan a través de la arteria femoral en la ingle". "O sea, para verte el cerebro te agujerean la ingle", añadió algo sorprendido González a lo que su compañero asintió: "Sí, sí. Por la ingle te meten ese tubito delgado, de 25 centímetros de longitud, te lo suben por la arteria aorta y la arteria carótida".
La prueba tuvo una duración de una hora y media, en la que el periodista estuvo totalmente despierto para seguir las indicaciones de los médicos. "Te van diciendo 'ahora no respires', 'ahora no tragues saliva', 'ahora notarás un sabor metálico en la boca', 'ahora notarás un intenso calor en la cabeza', 'ahora te marearás, pero no te preocupes que solo será durante unos segundos", relató Oliveros.
"Luego te hacen un vendaje tremendo. Es como si te hicieran un vendaje en forma de ovillo o pelota de tenis muy fuerte, muy fuerte en la ingle, de manera que te hacen daño en el abdomen porque aprietan muchísimo para que no haya hemorragia por la femoral. Y nada más. Al día siguiente te dan el alta", prosiguió contando el locutor de la emisora de los obispos. "Ahora me ha salido un hematoma, pero parece que es normal".
"Yo he preferido hacerme una arteriografía a pesar de los riesgos que conllevaba, que pueden ser una hemorragia, un hematoma, un aneurisma, un ictus...". Aun así, Oli se mostró muy optimista: "Esto no es nada, seguro, en comparación con cosas muchísimo más graves por las que habrán pasado algunos de nuestros oyentes"