El estrés ha hecho mella en el estado anímico del actor, que después de un año de intenso trabajo ha ingresado voluntariamente en un centro de rehabilitación para evitar una recaída en sus adicciones.
Al parecer, Colin Farrell (41) atraviesa un momento delicado y ha decidido buscar soluciones antes de que sea demasiado tarde. El intérprete, que ha confesado sus problemas con el alcohol en numerosas ocasiones, lleva 12 años sobrio y así quiere seguir estando: "Todos sabemos que Colin es un adicto y durante 12 años se ha mantenido sobrio. Estaba al límite, otra semana más y podría haber comenzado a consumir nuevamente", ha afirmado un amigo del actor al diario Daily Mail.
El centro en el que descansa el protagonista de La seducción desde hace unos días es la clínica Meadow. Su precio ronda los 36.000 dólares al mes y en ella los pacientes realizan actividades como pasear a caballo o practicar Taichi y meditación. Por sus habitaciones también han pasado celebridades como Kate Moss, Selena Gómez o Kevin Spacey.
Colin es padre de dos hijos, James (12), fruto de su relación con Kim Bordenave, y Henry (6), con la actriz Alicja Bachleda. Hace unos meses confesó en una entrevista que lo más duro de su profesión es estar lejos de ellos: "Cinco meses en la carretera es mucho tiempo. Demos gracias por Facetime". Tampoco tiene cerca a su novia, una misteriosa morena con la que sale desde el pasado verano y con la que afirmó que se encuentra feliz: "Estoy muy contento, aunque ella viaja mucho por trabajo y a veces somos como dos barcos que se cruzan a la deriva. Procuramos coincidir en algún puerto".
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