Cuando recibimos invitados en nuestra casa, suele ser algo habitual ofrecerles algo de comida y bebida para hacer de su estancia lo más agradable posible. Se trata de un gesto de cortesía y de hospitalidad muy característico de los países con cultura mediterránea. Aunque puede resultar chocante, esto no ocurre en naciones del norte de Europa.
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Pues bien, en los últimos días se ha comentado mucho el caso de Suecia. ¿Les suena la expresión 'hacerse el sueco'? Esto podría explicar su significado. Todo empezó después de que un usuario de la red social Reddit desvelara lo que le ocurrió cuando acudió al domicilio de unos conocidos naturales de este país nórdico.
"Recuerdo ir a la casa de mis amigos suecos. Y mientras jugábamos en su habitación, su mamá gritó que la cena estaba lista. Me dijo que me esperara en su habitación mientras comían. Fue alucinante", escribió indignado. La cuestión es que no se trató de un hecho aislado, pues otros usuarios comentaron anécdotas parecidas.
Los motivos por los que los suecos no dan comida a sus invitados
Tal fue el revuelo que el mundo anglosajón ha acuñado un término para referirse a esta costumbre: "SwedenGate". Los suecos, lejos de ofenderse, han intentado explicar por qué actúan así. La periodista Linda Johansson explica a The Independent lo siguiente: "El pensamiento sueco es así. El otro niño y su familia pueden tener planes para otro tipo de cena, y no querrías arruinar sus preparativos. Tiene que ver, sobre todo, con las ganas de comer con tu familia", dijo.
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A esto se une la explicación antropológica que dio el etnólogo de la Universidad de Lund, Hakan Jönsson: "Ofrecer comida al hijo de otro padre podría significa que el niño no recibió suficiente comida en su propia casa. Se trata de una parte de nuestra independencia, y no se trata de depende de la buena voluntad de los demás". O sea, que lo que para nosotros es un acto de buena educación, para ellos podría resultar ofensivo.
Una tradición de los países escandinavos
Como se ha dicho líneas más atrás, este sorprendente hábito no tiene lugar únicamente en Suecia. Tal y como muestra este mapa publicado en redes, se ve cómo en Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia (los países coloreados en rojo). El tema se ha convertido en casi un asunto de estado y ha abierto los informativos del país.
