Jorge Javier Vázquez está de los nervios. Nunca antes nadie de Telecinco le había plantado cara y le había dicho las cosas tan claras. No está acostumbrado a que alguien le lleve la contraria y cuando lo hacen pone en marcha toda su maquinaria para hacerle pagar su atrevimiento. Y eso es lo que ya ha hecho con Marta Riesco.

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A la reportera se le ocurrió denunciar públicamente que estaba sufriendo acoso por parte de Jorge Javier. "No hay derecho, no hay mujeres de segunda ni de primera, soy mujer como la que estáis defendiendo. La violencia mediática me la estás haciendo tú a mí, Jorge Javier. No hay derecho a que, porque yo haya sacado una información, me estéis denigrando de esta forma. Ya no me escondo. Ya no tengo miedo. Trabajo en una productora que me respeta y valora mi trabajo", dijo tajante Marta.

Llegó a pedir auxilio a la ministra Irene Montero: "Espero y deseo que la ministra de Igualdad, que entró en otra ocasión por lo que ya sabéis, haga lo mismo cuando vea lo que se me está haciendo en ese programa. Ojalá tenga unas palabras para mí, ojalá tenga unas palabras de apoyo. Nadie tiene derecho a acosarme, denigrarme públicamente y desde aquí lo denuncio".

Jorge Javier estalló en su programa. De hecho lo abandonó (era o un farol o un ataque de nervios) con una especie de 'o ella o yo'. Cuentan que tuvo que volver porque Óscar Cornejo, dueño de La Fábrica de la Tele, le obligó a volver, como ya recogimos en Informalia.

Pero ahí no va a quedar todo. Ni mucho menos. Jorge Javier no va a parar hasta que echen a Marta Riesco de los programas en los que trabaja y de Telecinco. Y así lo ha verbalizado el presentador catalán.

Según cuentan a Informalia no uno sino varios testigos, que prefieren mantenerse en el anonimato por miedo al 'régimen de terror' que impone Jorge Javier con los discrepantes, el presentador estrella de Telecinco terminó diciendo "por mis cojones que a esta la echan".

Pero más allá de la literalidad de esta expresión, nos aseguran que el "pequeño dictador", como él mismo se autocalifica, ya se ha puesto manos a la obra. Es la nueva versión de aquel "Yo no amenazo, ¡ejecuto!" que les lanzó a dos mujeres: a Alba Carrillo y a su madre, Lucía Pariente, en una gala de Secret Story. Pues nos advierten que con Marta Riesco va a ejecutar este "por mis cojones que a esta la echan". 

El presentador lleva varios días gritando a los cuatro vientos que Marta Riesco no debería seguir trabajando en ningún programa de Telecinco. Que no entiende cómo la cadena permite que alguien con ese tipo de comportamiento forme parte de la plantilla. Actúa como si creyera que una mujer que miente (suponiendo que mienta) pierde su derecho a no ser insultada o despreciada.

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De hecho, en directo, no ha tenido ningún reparo en decir de manera literal: "Aprovecha en este convento porque te queda poco. Marta es una auténtica maestra del arte de la posverdad y las 'fake news'. Coge una historia con visos de verdad y siembra la duda en el otro. Ya ha conseguido su propósito. Creo que este tipo de tretas la invalidan como reportera absolutamente. Así que aprovecha que cuando venga tu jefa verás, porque a ella no le gustan estas cosas".

Una campaña de desprestigio profesional que empezó en su blog de la revista Lecturas, y que ha continuado en el plató de Sálvame. No solo es contra ella, sino también contra los programas en los que trabaja para meter más presión. No está dispuesto dispuesto a dejarlo pasar. Al menos eso es lo que cuenta a muchos de los que le quieren escuchar en Mediaset, porque lo bueno que tiene es que no se esconde. Eso sí, nadie le replica. Porque si lo hacen puede ocurrirles como a Marta López el pasado miércoles en directo, cuando la avergonzó en plató, la recriminó sus palabras y la censuró.

Lo que quizás todavía no ha entendido es que el límite de Vasile no solo pasa por la cifra de audiencia que recibe cada mañana sino por lo que pasa en ese plató y parece que lo de su espantada y posterior regreso con artillería pesada contra Marta Riesco no ha gustado.

Fundamentalmente porque las redes y sus compañeros se han sentido molestos, entre ellos Ana Rosa Quintana, que ha levantado el teléfono aun estando de baja para proteger los violentos ataques y descalificaciones dirigidos a varios miembros de su equipo.

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