Moda

Florentino Pérez está hasta el cuello: hablamos con el hombre que se lo mide

Su nombre es Mariano Arroyo Langa y es uno de los camiseros más importantes del mundo. Es propietario de la sastrería Langa y también el hombre que le toma las medidas a Florentino Pérez y a Ramón Cerezo, presidentes del Real Madrid y del Atlético de Madrid, y también a Mar Flores. Mariano, que aprendió el oficio como aprendiz a los 14 años en una camisería de la calle Cedaceros de la capital, se cuida muy mucho de decir cuál es su equipo favorito, pero ha hablado para Informalia y no se ha dejado ningún secreto en la manga.

P: De todos sus clientes, ¿quién es, en su opinión, el más elegante?

R: No se me va a enfadar nadie si digo que Arturo Fernández. A mí me gustan los clientes difíciles, exigentes. Y él lo es. Tiene un estilo inconfundible y una elegancia fuera de lo común. Me ha ocurrido que gente que le ha visto salir de la tienda con una bolsa hayan entrado de inmediato a informarse sobre si aquí lo vestíamos. Llevamos vistiéndole cuarenta años. Yo le hice la camisa con la que se paseaba desnudo colgada de una percha en una función de teatro, hasta de esa guisa estaba elegante.

P: ¿Cómo era Cary Grant?

R: Llamaba la atención, si se asomaba a un escaparate la gente hacía corro para verlo. Yo entonces era muy joven, trabajaba para la camisería Burgos y tenía que ir a tomarle medidas al Palace. Estaba rodando con Sofía Loren en España Orgullo y Pasión. Le gustaba el cuello muy suavecito, sin apenas entretela. Tardé en dar con lo que quería. Me encargó muchísimas, pero las mandó por barco en el Andrea Doria, un trasatlántico que chocó con otro barco. Acabaron en el fondo del mar y se llevó un gran disgusto.

P: ¿Cómo viste Florentino Pérez?

R: Viste bien. Es elegante. Siempre lleva camisas en color azul claro, trajes grises y azul marino. No se preocupa, no le gusta complicarse la vida. Siempre viste igual, pero le va bien. Es ante todo un hombre muy práctico.

P: ¿Qué le dice usted sobre el Real Madrid y su situación actual?

R: Lo que pienso, que tiene que fichar a tres buenos jugadores. Es un hombre muy cercano que encaja muy bien las opiniones de los demás.

P: ¿Y qué me dice de Enrique Cerezo?

R: Tiene un cuerpo muy proporcionado. Tiene clase vistiendo, le encantan las camisas blancas, precisamente ahora le estoy haciendo una guayabera porque él viaja mucho a México. Es muy simpático y muy agradable, aunque muy tiquismiquis, muy detallista. Sabe combinar muy bien. Le gusta que los pantalones sean muy ajustados, pero que no le tiren, ni anchos ni estrechos.

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P: ¿Quién es el futbolista más elegante?

R: Ya no  juega y ahora es entrenador, pero Zidane es un hombre con muchísimo estilo. Siempre lo tuvo. 

P: Usted cortó camisas para Orson Welles. ¿Cómo se comportaba a la hora de tomarle medidas?

R: Era un poco ogro, pero trabajé mucho para él. Yo a todos mis clientes les hago un patrón y diseñé para él una sahariana de bolsillos anchos que le hacía parecer mucho más delgado. Las solía encargar en un tejido de mezclilla negra.

P: ¿Cuál fue su cliente más imponente?

R: Gregory Peck tenía un estilo muy especial, pero quien de verdad impresionaba de cerca era Anthony Quinn. Medía casi dos metros. Tenía una presencia que impactaba. Le conocí siendo muy joven, tenía un cuerpo fuera de serie, con los años fue engordando y haciéndose mucho más corpulento. También tenía un carisma especial Sean Connery. Trabajé muchísimo con él hasta que se enfadó con las autoridades de Marbella y se fue. 

P: ¿Y el más divertido?

R: Entre otros, Bertín Osborne. También es gigantesco. ¿Qué si le cobro el doble por la estatura? No, lo mismo que a todo el mundo. Tiene el mismo cuerpo que su padre, el conde de Donadio. La misma estructura física. Siempre encargaba camisas con una trabillita para fijar el nudo de corbata. Eso es algo muy americano. Ya no las lleva en su vida diaria. Ahora las encarga más de sport.

P: ¿Dónde deben bordarse las camisas? 

R: En el faldón o en el pecho. No se trata de ninguna petulancia, es un detalle práctico para la gente que viaja  mucho. Se evita que haya confusiones cuando te la devuelven de la lavandería del hotel. He bordado cuellos por encargo con iniciales, pero eso sí es una excentricidad. También bordamos coronas, si son para reyes  duques, condes o marqueses, como el caso de Rafael Medina, duque de Feria.

P: ¿Alguna persona que haya dado nombre a una camisa?

R: Pedro J. Ramírez. De hecho hay gente que habla en la tienda de las camisas Pedro J. para pedir o rechazar una. Lo de las rayas y los cuellos en otro color es algo muy inglés. No hay duda de que ha creado un estilo. A él le quedará bien, pero a mí no me gusta como viste. Hay que tener mucho cuidado con esas camisas para combinarlas con la corbata y el tejido del traje, tiene que ser prácticamente liso u ojo de perdiz, o a lo sumo un sal y pimienta.

P: ¿Qué tipo de tejidos combinan con todo?

R: El Oxford aguanta las combinaciones que le echen y es muy adecuado para el sport.

P: ¿Cuál es el mayor crimen estilístico?

R: Hay muchos. La gente chaparrita que se empeña en llevar cuellos altos tipo Mortadelo o Carpanta…. Pero lo que me parece un verdadero desastre es lo que me cuentan algunos de mis clientes, que en el banco les han dicho, por ejemplo, que no lleven corbata. No hay nada más desagradable que en un mostrador de un banco te atienda alguien con una camisa de leñador. Si estás en un almacén puedes ir como quieras, pero si estás de cara al público tienes que ir presentable.

P: ¿Algún truco o consejo para nuestros lectores?

R: Si una persona es alta y fuerte y con mucho cuello, el cuello largo de pico es lo que más le favorece, disminuye y ajusta la figura. Si eres bajito, un cuello pequeñito y cerrado te estiliza la figura.

P: ¿Ha cortado para clientes de pelo en pecho con oros?

R: Por supuesto, yo le hacía los trajes a Los Brincos. He tenido todo tipo de clientes. Recuerdo que le hice a Junior la camisa de seda que llevaba cuando se casó con Marieta (Rocío Dúrcal).

P: ¿La situación más surrealista que recuerda?

R: Un americano de la base que vino a probarse una camisa. Le entró un ataque de nervios la tiró al suelo y empezó a zapatear. De repente volvió en sí y me pidió perdón. Yo permanecí imperturbable. Milagrosamente no hubo apenas que arreglarla. Igual la estaba poniendo a prueba.

P: ¿Consejos para un buen fondo de armario?

R: Sólo hacen falta tres trajes, dos chaquetas de sport y con eso vas perfecto. Y por supuesto media docena de camisas, una blanca, dos azules y tres de rayas finitas. Hay que cambiar de traje todos los días, porque la lana es un tejido vivo y si la dejas descansar se regenera. Hay que llevarla lo menos posible al tinte porque el tinte acartona la lana al plancharla.

P: Creo que ha trabajado para el rey Juan Carlos. ¿Qué tipo de cliente es?

R: Trabajé mucho para él cuando era joven, hace cuarenta, cincuenta años. Tenía un cuerpo fantástico, con los años se ha ido deformando, como dice él. Me llamaba a Zarzuela, porque él visitaba muchas fábricas y le regalaban piezas de tela, y me decía: "Mariano, vente que me tienes que hacer muchas camisas". Tiene muy buen carácter. No es nada complicado. El trato con él es muy agradable.

P: ¿Qué es la elegancia?

R: La moda yo la concibo como que tú te mires al espejo y te guste. Y sobre todo, que la gente diga: "¡Qué bien va esta persona!", y que luego a los diez minutos nadie se acuerde de lo que le llevaba puesto.

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