Moda

El complemento más famoso de los 90 resucita de la mano de Rosalía y Balenciaga (y puedes comprarlo en Amazon)

Rosalía. Gtres.
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Corría el verano de 1992 cuando todos los niños y niñas llevaban el mismo abalorio colgado: chupetes de plástico de colores, más conocidos como chupetes de la suerte. Sin redes sociales ni marketing, estos complementos se convirtieron en la moda más extendida de todo el país.

Los chupetes de la suerte, que podían conseguirse en cualquier quiosco, supermercado o tienda de chuches por menos de 100 pesetas (equivalente a 60 céntimos), estaban en todos los tamaños y podías llevarlos como colgante, pulsera o llavero. Según el color que eligieras, tendrías suerte en una cosa u otra: el rosa representaba para los estudios, el azul para el dinero, el rojo para el amor y el transparente servía para todo, por lo que era el más codiciado.

Esta moda, que llegó hasta el pueblo más recóndito de España, se importaba de Italia, y durante algunos años fue casi imposible ver a algún niño o adolescente sin lucir su particular amuleto. Han pasado casi 30 años del boom de los chupetes de la suerte pero, como acostumbra este sector, ha vuelto de forma renovada.

Así hemos podido verlo de la mano de firmas de lujo como Balenciaga o con la artista Rosalía, la catalana experta en rescatar modas del pasado e impulsarlas hacia lo más alto. Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, ha lanzado una colección de joyas inspiradas en la infancia. En ésta, no faltan las míticas pulseras con cubos de letras y los chupetes de resina. Unos accesorios que imitan a la perfección a los favoritos de los noventa pero que distan mucho en el precio: 425 euros los pendientes en la versión en negro y la amarilla.

Pendientes Dummy de resina negra y latón dorado de Balenciaga. 425 euros.

Pendientes Dummy de resina amarilla y latón dorado de Balenciaga. 425 euros.

Pulsera Toy de poliéster, latón y algodón multicolor de Balenciaga.

La cantante del Mal Querer lucía un collar repleto de chupetes de colores en una de sus publicaciones de Instagram que aglutina casi dos millones de 'me gusta'. La artista lo combina con un conjunto estampado compuesto de camiseta de manga larga y mallas tipo ciclista, sus características uñas de neón y dos moñitos. Una estética de lo más nostálgica que nos recuerda como las modas siempre, siempre vuelven.