Más de 400 invitados han copado los mejores hoteles de Sevilla para la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio. Desde Fernando Hierro a Niña Pastori, desde los Beckham a Morata y Alice Campello. Es la boda más importante del año.
A las 12 de la mañana algunos de los invitados hacían cola en los respectivos hoteles donde estaban alojados, entre ellos el Eme Cathedral para que les fuera tatuado un unicornio en henna. Es el símbolo elegido por Sergio Ramos y Pilar Rubio para su boda, una boda con prohibiciones de las que se ha hablado mucho. Lo de los móviles es comprensible, pero no así la prohibición de una extensa paleta de colores que, según ha podido saber Informalia, se limitaba realmente solo al rosa palo y al blanco.
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El caso es despistar. Se había especulado incluso con la posibilidad de que Pilar usara en lugar de zapatos de tacón unas botas de Doctor Martens. No ha sido así. De los primeros en llegar, Luka Modric con su esposa, con un elegante vestido de largo midi y cinturón de Christian Dior.


Uno de los invitados que más curiosidad ha despertado a su llegada, muy puntual, ha sido el jefe de la novia, Pablo Motos con su mujer, también compañera de El Hormiguero, Laura Llopis.
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Las trencitas del peinado son en cambio absolutamente transgresoras. Ha impactado mucho el ramo de novia negro, un homenaje a la cultura heavy que tanta importancia ha tenido en su vida. El vestido de la novia, un homenaje a las bodas de etnia gitana, era muy favorecedor, pero sotovocce ha habido quien lo ha considerado como demasiado sexy para la catedral de Sevilla.

Siempre se ha dicho que, por su apellido, Ramos, Sergio tenía antecedentes gitanos. Hoy parecía un lord inglés, pero es su mujer quien parece una bellísima gitana, como si hubiera salido de uno de los los cuadros del afamado pintor cordobés. La madrina, vestida de amarillo con mantilla, está bien con su modelo de Vicky Martín Berrocal.


Una de las invitadas más llamativas y audaces en la elección de su look ha sido la esposa de Lucas Vázquez, con un vestido espectacular amarillo con plumas y tejido de rejilla en el cuerpo y escote.

Impresionante el escote de la esposa dell guardamenta Pepe Reina, Yolanda Ruiz cuyo cuerpo parece haber experimentado una transformación.

El vestido, de strass azul marino, le da un aspecto rutilante, muy moulin rouge, a pesar de que su marido juega en Italia. Ni Norma Duval en sus mejores tiempos.

Uno de los invitados más elegantes, relegado en el Real Madrid por no vender camisetas, como se rumorea, es Keylor Navas, con un chaqué impecable azul de corte soberbio. Andrea Salas luce pierna con una abertura kilométrica. Los gigantescos letizios que lució restaban elegancia al conjunto. Si pretendía estilizar la pierna mediante el efecto óptico de utilizar un zapato color nude, no lo ha conseguido.
El extraño frac de Morata, las invitadas vestidas de "viudas alegres" y los escotazos de champions de algunas wags

La abuela de la novia va vestida de azul marino, uno de los colores favoritos de las invitadas, como Alice Campello, con un fabuloso vestido con pronunciado escote en la espalda. Su marido, Morata, jugador del Atleti y compañero en la Selección del novio lleva el pelo tan reluciente que parece un anuncio de shampoo. La pajarita, que no suele llevarse con chaqué, desmerecía. Y es que lo que llevaba era un extraño frac que no le sentaba nada bien. Es más, parece un camarero que se ha intentado colar en la boda. Sorprende que Alice, una it girl de fama mundial, le haya dejado ir así.
El ex seleccionador nacional Fernando Hierro, amigo de Ramos desde hace muchos años, acudió solo al enlace ya que se acaba de separar de su mujer, Sonia, después de más de dos décadas de matrimonio, fruto del cual tienen dos hijos ya mayores.

El vestido de Victoria Bekcham, que se ha saltado el protocolo y las prohibiciones, es de su propia marca. Y ya utilizado por Meghan Markle cuando estaba a punto de dar a luz, es de una admirable sencillez: claro con estampado de cadenas. Parece que ha salido de compras en lugar de a una boda. Su marido ha suscitado gritos de admiración en la plaza. Los zapatos de Victoria son fucsia, tan prohibidos como el color del vestido que eligió una de las invitadas más estiradas y rutilantes de la boda, Nati Abascal. A diferencia de la madre del duque de Feria, los Beckham se salieron de la fila de los privilegiados para saludar uno a uno al público que estaba aclamándoles.

Sergio Busquets ha sido uno del los invitados a los que mejor les sienta el chaqué. Lo combina con una bonita corbata blanca con topos. Su mujer, Elena Galera viste de negro, algo considerado como no demasiado adecuado para las bodas, pero, como ya hemos dicho, no para la de Pilar Rubio.

La novia ha ido muy escotada, y las invitadas, tal vez avisadas, se han solidarizado con ellas. Nada de púdicos chales. En alguna que otra iglesia de Roma no las habrían dejado entrar. Es el caso de la mujer de Nacho Fernández, con un vestido muy años veinte de flecos inspirado en los mantones andaluces. El escote parecía una portería de futbol. No dejaba ningún resquicio a la imaginación.

La mujer de Joaquín, en cambio, vestida también de viuda alegre, de negro, también fue generosa con su escote, pero llevó una chaquetilla para cubrirse dentro de la catedral.
Pero ella, además, decidió lucir tripita, y aunque no está precisamente gorda, las estrecheces de su falda y del cuerpo del vestido, de inspiración lencera vintage provocaron el brote de un antiestético michelín.
Atentos a los mocasines del jugador del Betis. Fue el primero en llegar y también en dar el cante con su calzado. Hasta unas botas de futbol habrían sido más apropiadas.

El reencuentro de Vania Millán y el hermano de Sergio Ramos, René
Nada que objetar al look del hermano del novio René Ramos, quien, acompañado de su novia, Lorena Gómez, se reencontró con su ex mujer, Vania Millán. René parecía un clon de su hermano. El parecido entre ambos es cada vez más evidente. Vania no podía faltar, es una de las mejores amigas de Pilar Rubio, y no declinó la invitación. Mantenía además una relación magnífica con toda la familia de su ex, quienes aún la recuerdan con cariño. Lorena va a tener que hacer serios esfuerzos para que la quieran tanto como a ella. La puesta en escena de la entrada pretendía transmitir una imagen de armonía absoluta. Llegó junto a la sobrina de René y el padre del novio.

Vania Millán no fue sorprendida en la puerta, pero quiso compartir con sus seguidores en Instagram una imagen del gran día.
El vestido era una creación de Juana Martín, superescotado por arriba y por abajo. En el texto que acompañaba a la foto se pregunta si de una boda sale otra. El vestido, en negro, el color favorito de la novia, no pasó desapercibido. Fue uno de los más atrevidos. Pedía guerra. Y a pesar de su audacia no rozó la vulgaridad. Dejó KO al de Lorena.

Otra invitada que causó sensación fue la esposa de Mateo Kovacik, Izabel Drikanik. El escote que lució, siendo atrevido para una boda en una catedral, parecía el de una ursulina comparada con el de otras wags, y su bonito vestido azul fue todo un acierto. El cinturón negro y el bolso no desentonaban con su look angelical, eran un pequeño homenaje a la wag más rockera de Europa.

De impactante total black fue vestida Alejandra Moral, la esposa del futbolista Jesús Navas. Fue una de las pocas invitadas que no lució escote. El look de viuda alegre, en su caso, le favorecía mucho y realzaba su silueta.

Quien sí iba vestida de forma adecuada para una boda catedralicia era la mujer de Emilio Butragueño, pero el vestido no ha sido precisamente muy alabado. El tejido plateado parecía de mala calidad, le faltaba cuerpo. Butragueño tampoco estaba especialmente guapo, al contrario que Hierro, perteneciente a su quinta. El paso de los años no ha tratado por igual a la Quinta del Buitre.
