Antoine Griezmann anunció su marcha del Atlético de Madrid el pasado martes, cuando el reloj rozaba las 22.30 de la noche. Fue a través de un breve vídeo publicado en la cuenta oficial del club rojiblanco, obligado por la directiva y su entrenador, Diego Pablo Simeone. Tras la bomba, surge la incertidumbre: ¿dónde se irán el futbolista francés? Su mujer, la vasca Erika Choperena, volverá a ser clave en su decisión.
Las alternativas de la familia parecen ser dos: Barcelona y París, pero tampoco se descarta una tercera surgida en las últimas horas y que llevaría a Griezmann y su familia dirección Alemania, tras la fuerte entrada del Bayern de Múnich en la puja por el jugador galo.

Los 120 millones de euros que cuesta la libertad de Antoine a partir del 1 de julio son considerados una gran oportunidad de mercado para los equipos grandes de Europa, que se han lanzado a por su fichaje. La puja, no obstante, la lidera el Barça, que ya estuvo a punto de fichar al 7 rojiblanco hace tan solo un año.
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En aquel momento, la mujer de Griezmann fue clave en el "no" de su marido al club culé. Erika convenció a Antoine de seguir al menos un año más en Madrid, ciudad hacia la que sienten un gran cariño y donde han sido muy felices desde que llegaron procedentes de San Sebastian en 2014. En la capital han nacido sus dos hijos: Mía, de dos años, y Amaro, que llegó al mundo hace poco más de un mes.

Una vez ampliada la familia parece ser un buen momento para buscar nuevas aventuras. Barcelona es un destino ideal para la familia, ya que la idea de Erika y Antoine es no abandonar España y disfrutar de una ciudad de clima mediterráneo, con alternativas de ocio similares a las que ofrece Madrid. Su llegada a la Ciudad Condal estaría respaldada por pesos pesados del vestuario blaugrana como Leo Messi o Gerard Piqué, quienes han apostado por el fichaje del galo.

Sin embargo, tampoco descartan la vida en París. Griezmann y Erika han sido tentados en las últimas horas por el PSG. El gran argumento del conjunto parisino para lograr su fichaje atiende a lo económico: le podrían llegar a ofrecer cobrar 30 millones de euros netos por temporada, una cifra que supera los 23 que le daba el Atleti y los 16 que está dispuesto a darle el Barça.
A la enorme cantidad de dinero se le une el hecho de que Griezmann es francés, por lo que podría ser posible un regreso a su país de origen. El proyecto deportivo del PSG, que tiene como gran objetivo ganar la Champions, también ilusiona a Griezmann, así como la oportunidad de compartir vestuario con su amigo Kylian Mbappe y, quizás, con Neymar.

Sea como fuere, lo cierto es que la familia Griezmann aún tiene tiempo de pensar en su nuevo destino, que a buen seguro saldrá de estas tres ciudades. La moneda está en el aire y la puja ha comenzado, pero la última palabra siempre será de su mujer ¿Qué decidirá Erika?