Tras el atentado que sufrió, a su padre le dijeron que su hija de 12 años era "un amasijo de carne y huesos, sin piernas, sin partes de las manos y con la cara destrozada", recuerda Irene Villa para hablar de un tema tan de actualidad como la eutanasia. "Si hubiera estado legalizada, habría decidido que me dejaran morir", reconoce la víctima de Eta. "Me lo recordó cuando me llevó del brazo al altar: 'Si la ley lo hubiera permitido hoy no estarías aquí", cuenta la periodista de 40 años, divorciada y madre de tres hijos. Sin embargo, el discurso de Irene Villa no es ni mucho menos una proclama contra la eutanasia, es más bien un canto a la vida.
"Creo que no estamos aquí para sufrir", dice claramente en declaraciones a La Razón. Y lo dice tras la conmoción del suicidio asistido de María José Carrasco, la mujer, de 62 años y diagnosticada desde hace 30 de esclerosis múltiple, que falleció la semana pasada después de que su marido, Ángel Hernández, le suministrase una sustancia para ayudarla a morir.
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La impresionante lección de coraje que Irene Villa ha mostrado a lo largo de casi tres décadas, la ha puesto por encima de las graves heridas de las bombas de Eta. Ahora se enfrenta a una nueva etapa personal tras su separación matrimonial del ex tenista y empresario argentino Juan Pablo Lauro, su marido durante siete años, y padre de sus tres hijos varones, Carlos (6), Gael (3) y Eric (2). "Al tener la custodia compartida, tenemos que hablar muchísimo. Todos los días nos mandamos vídeos, audios... Y estamos en comunicación constante, por los niños. Nos hemos hecho mucho bien mutuamente. Lo que no tendría sentido es estar a la gresca. Eso no lo entendería nadie". De volver a enamorarse, ahora, apenas medio años después de romper, no lo ve, pero cree que llegará el amor de nuevo después de darse un tiempo.



Tentada por la política
"Lo que yo defiendo no puede identificarse con un solo partido, sino que tendría que estar en todos: derechos humanos, igualdad, sentido común, convivencia, mejoras sociales, entendimiento, progreso", explica Irene Villa a la periodista Cristina Fernández en el citado periódico. Así explica Irene Villa que haya dicho que no a la política activa, lo cual no significa que no se moje: "Siempre me han preocupado los radicalismos pero creo que la mayoría desea una armoniosa convivencia y el bienestar común", afirma. "Me produce dolor todo lo que se hace en nombre del odio, la intolerancia o el rencor". Tras la muy polémica propuesta de Isabel García Ayuso, candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PP, de permirir que el no nacido sume para ser familia numerosa, Irene dice que hay que facilitar la vida, y se define como antiabortista. "Habría que sensibilizar a los jóvenes en las maneras que hay para evitar un embarazo no deseado y enfermedades", insiste.
En noviembre de 2018 la periodista tuvo que someterse a una extirpación de las trompas de falopio, tras sufrir un embarazo ectópico del que iba a ser su cuarto hijo: "Siempre tuve la esperanza de tener una hija y quién sabe si mi deseo estuvo a punto de cumplirse", comenta la periodista.
Preguntada por si se considera feminista, explica que defiende la igualdad aunque matiza que "es cierto que tenemos diferencias, que además nos enriquecen y complementan: si tuviéramos las mismas oportunidades que ellos, los beneficiados seríamos todos", proclama.