La última bala del ex comisario José Villarejo, encarcelado por el Caso por el caso Tándem, apunta al poder judicial. Este miércoles, la Sección Tercera de la Audiencia Nacional volvió a denegar su libertad y el siguiente movimiento del ex policía apunta al supuesto turismo sexual de jueces y magistrados en Colombia. Mientras el excomisario espera la respuesta del juez a su petición, este miércoles la Sala decidió mantenerlo en prisión al considerar que persiste "el riesgo de fuga". La defensa justificaba su petición en el estado de salud de su cliente, la dependencia que tiene de su mujer y su hija y la falta de medios para poder huir del país.
Villarejo ya pidió a principios de febrero al juez instructor, Manuel García Castellón declarar sobre los viajes a Colombia de algunos magistrados y fiscales. Supuestamente, algunos de esos encuentros habrían sido grabadas.
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Ahora, el ex comisario solicita que también sean citados la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y Baltasar Garzón, quien, presuntamente habría estado en alguno de los viajes, aunque sin participó en ese tipo de actividades, según recoge Abc. Las cintas difundidas de la ministra de Justicia, Dolores Delgado (grabada por Villarejo) recogen a la ex fiscal refiriéndose a este asunto en la comida que el 23 de octubre de 2009 mantuvo con su amigo y entonces juez Baltasar Garzón y la cúpula policial de la época.
Delgado era en esa etapa fiscal de la Audiencia Nacional, y relató un viaje a Cartagena de Indias en compañía de un grupo de miembros del Tribunal Supremo y de la Fiscalía General del Estado. "Tenemos un viaje a Cartagena de Indias; íbamos una magistrada de la Audiencia Nacional y yo. Luego íbamos con una serie de gente del Supremo, de la Fiscalía General, catedráticos (...) y (...) "missing" en combate (...); intentamos quedar con ellos y nos decían que no". La juez y ella, según explicó en esa comida, se fueron a cenar "ella y yo solas, palabra de honor".
"Los varones se habrían ido a "tomar mojitos" a "no sé qué allí, un sitio que nos dicen que vayamos. Nos vamos allí las dos, estamos sentadicas las dos solas y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos al grupo de tíos del Supremo, de la Fiscalía General".
"Con unas tías de 17 años", completó otro de los comensales, comisario de Policía. "Menores de edad", añadió la entonces fiscal y ahora ministra. "Se levantaron a toda pastilla cuando nos vieron; empezaron con el agobio de que nos habían visto". "Les dijeron que eran camareras del hotel, que nos han dado pena y han venido y no sé qué". En el momento de la filtración, se atribuyó a Villarejo y se enmarcó en una estrategia de presión para conseguir su libertad.
En febrero pasado el jefe de la trama Tándem pidió declarar por este tema y que también lo hicieran la ministra de Justicia y el juez Baltasar Garzón. El recluso dice en un escrito que el señor Garzón visitó en alguna ocasión algunos de los establecimientos espiados, pero añade que nunca aceptó subir a las habitaciones "a pesar de los ofrecimientos que tuvo al respecto". Afirma además que con el exmagistrado hizo "algunas de las gestiones" con él para recuperar el material.
Villarejo reconoce que ese material estaba en su poder pero no explica por qué lo conservaba o si es que era el resultado de una misión oficial que le había sido encargada por sus superiores. Insiste el expolicía en que alguna de las grabaciones "se pudo rescatar, al menos copias, que no originales, que han podido terminar en poder de la DEA y/o otros servicios extranjeros", y quizá también en manos del CNI dirigido por Félix Sanz Roldán.