Barack Obama fue la gran estrella este miércoles en la Cumbre Mundial del Turismo, World Travel & Tourism Council (WTTC), que se celebra estos días en Sevilla. El ex presidente de Estados Unidos ejerció primero como conferenciante, labor que le reportará unos 375.000 euros dado su elevado caché, para después descubrir los lugares más maravillosos de la capital andaluza. Y por supuesto, también su gastronomía.

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La visita de Obama ha revolucionado la ciudad y los sevillanos se han echado a las calles para ver de cerca al político estadounidense. Ni Pedro Sánchez se lo ha querido perder. El presidente del Gobierno mantuvo una reunión de 20 minutos con Barack en la que intercambiaron ideas sobre cambio climático e inmigración.

Pero como el trabajo no lo es todo, Obama aprovechó su estancia allí para conocer el impresionante conjunto palaciego del Real Alcázar, acompañado por su amigo, el ex embajador de Estados Unidos en España, James Costos; el marido de éste, Michael Smith; y el guía de Turismo de Sevilla, Manuel Viñuelas, que ofreció las indicaciones durante la visita. Durante los primeros minutos del recorrido, también estuvieron presentes el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y el delegado de Turismo, Antonio Muñoz.

Tras la visita, era momento de disfrutar de la gastronomía española y, por ello, acudieron a cenar al restaurante Bache San Pedro, ubicado en la plaza Cristo de Burgos. El local está liderado por el chef gaditano Ale Alcántara, cuyas creaciones tienen un importante acento de Cádiz, fusionado con toques japoneses. La comida es apta para cualquier bolsillo y el plato más caro no sobrepasa los 16 euros.

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— Centro Histórico (@C_HistoricoSev) 3 de abril de 2019

La elección de este restaurante, tan alejado de otras propuestas menos económicas pero con mayor prestigio y estrellas Michelín, parece haber sido idea de Costos, con quien Alcántara tiene buena relación por sus visitas al restaurante que el chef posee en Madrid.

Sea como fuere, lo cierto es que Obama y sus comensales se lo pasaron fenomenal: "Han disfrutado mucho. Ha sido una cena muy distendida", cuentan fuentes cercanas a Vanity Fair. Con esta visita a Sevilla, el ex presidente americano cumple la promesa que lanzó en 2016, cuando tuvo que marcharse de España de forma precipitada tras el asesinato de seis policías en Dallas. En aquel momento, Obama dijo: "Definitivamente, volveré como ex presidente porque España es preciosa: su gastronomía, su cultura, su gente, su clima... Es difícil resistirse". Dicho y hecho.

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