Cayetana Álvarez de Toledo y el periodista Arcadi Espada mantienen una relación. La noticia recorría las redacciones de toda España desde el mismo momento en que la hoy número uno del PP por Barcelona se divorció del padre de sus hijas, aquellas cuyas ilusiones por los Reyes Magos estuvo a punto de arruinar Manuela Carmena, como dijo la política en Twitter cuando la alcaldesa madrileña sacó en cabalgata a Sus Majestades de Oriente disfrazados de modernos. "No te lo perdonaré jamás Carmena", fue una frase que se convirtió en hastag y fue tendencia.

De aquello se se han cumplido ya más de dos años y la vida de Cayetana no solo ha dado un vuelco a nivel profesional sino personal. A sus 44 años, Cayetana ha rehecho su vida junto a Arcadi, de 62, tal y como se escuchaba en los mentideros políticos: "Arcadi Espada y Cayetana están liados", se decía. Y entre que unos trataban de fijar la fecha exacta del comienzo de la relación y otros situaban sus encuentros en tal hotel, tal día de la semana, la noticia se diluyó sin que nadie la publicara.
Entonces llegó Pablo Casado y metió a Cayetana en sus listas como gran baza mediática en su guerra electoral de cara al 28 de abril, un torpedo frente a la ciudadana Inés Arrimadas. Días después de la decisión del líder del PP, Pilar Eyre asegura en Lecturas que ha visto a Álvarez de Toledo junto a Espada "tomando una copa en un bar de moda de Chamberí", en Madrid. Según su relato, la cabeza de lista del PP en Barcelona y el periodista, azote del independentismo, "están solos, no se esconden, se miran con complicidad y sus manos se rozan". La periodista cuenta que también se los encontró "comiendo y charlando" en un restaurante del mismo barrio.

Pilar Eyre también pone fecha al inicio de su relación: "Lo de Arcadi y Cayetana tal vez sea solo una entrañable amistad que ya dura año y medio basada en sus ideas políticas o qué se yo. Pero esas miradas. Ay, esas miradas... También reían mucho", sentencia la periodista.

Cayetana Álvarez de Toledo firmó a finales de 2017 el divorcio de su marido, Joaquín Guëll, con quien estuvo 17 años, padre de sus dos hijas, Cayetana y Flavia. La gran apuesta de Casado en la Ciudad Condal procede de una familia aristócrata. De hecho, ella se convirtió en marquesa de Casa Fuerte, título concedido por Felipe V a los herederos de Juan de Acuña, tras la muerte de su padre, Juan Illán Álvarez de Toledo, en 2012.
La política madrileña pasó parte de su juventud en Buenos Aires y estudió en el prestigioso colegio Northlands, donde coincidió con la reina Máxima de Holanda. Su amistad quedó probada en su efusivo saludo cuando ambas se encontraron en el Congreso en 2013 durante una visita de los reyes holandeses a España.

Años después, Cayetana se doctoró en Historia por la universidad de Oxford. Allí conoció a su ex marido, Joaquín Güell, director en Londres del fondo de capital riesgo Investindustrial y con una amplia experiencia en el mundo financiero. Él también desciende de una familia importante, ya que sus antepasados fueron los que encargaron a Gaudí la construcción del archiconocido parque Güell de Barcelona.
Álvarez de Toledo fue diputada del PP entre el 2008 y 2015 y miembro del patronato de la fundación FAES. También ejerció como periodista, labor que dejó para ser jefa de gabinete de Ángel Acebes. De ahí pasó a ser líder de Libres e Iguales, una asociación que se mostró abiertamente contra el independentismo y se querelló en su día contra Carme Forcadell. Sus acciones políticas le han granjeado el reconocimiento y la amistad de personajes relevantes de la sociedad como Mario Vargas Llosa, así como le han llevado a ser la apuesta de Casado en la Ciudad Condal.