Los reyes aterrizaron este domingo en el aeropuerto de Buenos Aires, donde ha dado comienzo a un tour oficial por Argentina que durará toda la semana y que es el primero desde que Felipe VI fuera coronado. No ha empezado con buen pie ni, desde luego, con buenas piernas: las de Letizia, llenas de picotazos por la nube de mosquitos que se acumuló durante la hora que los Reyes estuvieron 'encerrados' en el avión.
La reina dejó al descubierto unas piernas repletas de pequeñas heridas. Y es que además de una pequeña representación de autoridades, los reyes fueron recibidos en el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery de Buenos Aires por una nube de mosquitos que encontraron a Su Majestad deliciosa.
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Los incómodos insectos pululaban alrededor de los potentes focos que iluminaban las puertas del avión que trasladó a los Reyes, el mismo en el que Sus Majestades tuvieron que esperar durante más de una hora encerrados a que los técnicos del aeropuerto encontraran una escalera para que pudieran bajar, pues las suyas eran más pequeñas y no se acoplaban al Airbus 310 de las Fuerzas Armadas.
Después de más de 60 minutos, Felipe y Letizia bajaron en la misma escalera que utiliza en presidente Macri y se reunieron, por fin, con el comité de bienvenida.
Letizia se enfrenta estos días a uno de los duelos estilísticos más deseados de los últimos meses: el suyo con Juliana Awada, primera dama de Argentina. Para su llegada al país del tango, la reina ha optado por un vestido muy primaveral y sencillo. Se trata de una pieza de Hugo Boss sin mangas, de corte midi y abertura frontal, en color aguamarina y con cinturón, valorado en 379 euros. Lo ha combinado con salones nude de Magrit y cartera de mano a juego. Como joyas, sus discretos pendientes Còmete de Chanel, con forma de estrella.
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