Es duro ser el hijo del valido de todo un rey y mucho más, descender de Cristóbal Colón. La gente pone expectativas sobre uno que no siempre pueden ser satisfechas. Su padre, Manuel Prado y Colón de Carvajal, era descendiente del descubridor de América. Borja, con sus rizos de querubín, y ese rostro angelical no representa los 63 años que ha cumplido pero es tal vez uno de los hombres con más enemigos de España. Y eso antes de saber que se lleva 13 millones de euros de finiquito por salir de Endesa. Muchos son los que tocan a clarín tras su defenestración en la eléctrica tras diez años de mandato. ¿Su pecado? Dicen que "mirar siempre por sí mismo y ser el mejor conseguidor de España".
Con semejantes antecedentes había nacido para triunfar. Estaba bien aconsejado. Borja Prado Eulate se lanzó al mundo de los negocios en la UBS, una de las entidades bancarias más opacas e importantes de Suiza. También trabajó para Lazard y Rotschild... Nada que un joven con sus apellidos y los contactos de su padre no pudiera conseguir. Las relaciones familiares son un valor añadido en el mundo de la banca donde la potencialidad para conseguir clientes es importantísima. Mucho más que los títulos universitarios. Que se lo digan a su amigo, Jaime de Marichalar.
Borja Prado lo sabía. Tras acabar la carrera de Derecho en Madrid se trasladó e Nueva York para ampliar sus estudios especializándose en Relaciones internacionales y Comercio Exterior. Hijo de la marquesa de Zuya, Paloma Eulate y Aznar, cimentó la confianza de sus clientes en sus apellidos aristocráticos y en su cercanía a la Familia Real.
Gran amigo de la Infanta Elena, a quien financió la guardería en la que se embarcó e impartió clase, la famosa Mico's , su boda en 1990 con María del Pinar Benitez Toledano, madre de sus tres hijos, fue todo un acontecimiento social. Asistieron Mario Conde, con quien hizo en su momento algunos negocios, Juan Abelló, la familia Pemán, la cantante María del Monte y hasta el matador de toros Paco Ojeda. No podía faltar Ana Obregón, con quien mantenía por aquel entonces una enorme amistad.
El enlace tuvo lugar en Medina Sidonia, no en vano la novia pertenece a una de las familias con más raigambre de Jerez de la Frontera (Cádiz). La amistad con los toreros se justificaba por su condición de ganadero de reses bravas. Es propietario del hierro Torrealta. La adquirió en el 2013. Antes había sido de su madre. El empresario, muy aficionado a los toros, refrescó sangres con tres de los hierros de más renombre en aquel momento: Garcigrande, Victoriano del Río y Santiago Domecq.
No viene en su Wikipedia, elaborada por un experto que ha eliminado decenas de hechos muy relevantes de su biografía, convertida en un curriculum blanco e inmaculado que cabría en una hoja. Tras ser relevado de su puesto de presidente de Endesa el próximo mes de abril, con un finiquito de 13 millones de euros, podrá dedicarse a su trabajo de consejero dominical en Mediaset. Berlusconi tiene un altísimo concepto de él. El pasado mes de abril, la junta general ordinaria de accionistas de Mediaset España aprobaba la vuelta de Borja Prado, presidente de Endesa, como nuevo consejero externo dominical. A finales del año pasado, renunciaba a su puesto como consejero independiente. Su salida se debió solo a que había agotado el plazo legal para seguir ejerciendo este puesto.
Siempre se ha llevado bien con los italianos. Gracias a la unión entre la entidad donde trabajaba, Mediobanca (Roma), con Enel se produjo la entrada de la eléctrica italiana en Endesa. La Empresa Nacional de Electricidad se sometió a los intereses italianos. Ahora, tras los servicios prestados le han dado de lado. Ya no trabaja en Mediobanca, pero le auguran un futuro prometedor en algún sitio si el PSOE gana las elecciones. Ha sintonizado con Pedro Sánchez. Ya no tiene el poder mediático que tenía cuando estaba en Recoletos (Expansión, Telva), pero puede recuperarlo en cualquier momento.
Es, dicen, un auténtico encantador de serpientes, y tiene la habilidad para negociar de un curtido tratante de ganado, de los que ponían palos a las orejas de las mulas para mantenerlas tiesas. Y sin embargo, dicen, no es, ni de lejos, tan inteligente como su padre, quien llegó a pisar la cárcel por lealtad a la Corona y a don Juan Carlos de Borbón. Con él estuvo distanciado en los últimos días de su vida por culpa de su segundo matrimonio.
Madridista, gran amigo de Florentino Pérez, se define como monárquico y un hombre muy familiar que ha hecho siempre lo imposible por cenar todos los días en casa, aunque tuviera luego que marchar por asuntos de trabajo y volver muy tarde. Ahora dispondrá de más tiempo para los suyos, aunque dos de sus hijos, el mayor, de 27 años, y el mediano, de 24, han abandonado el nido. Uno está en Estados Unidos y otro en México. Solo la pequeña sigue en casa. Es católico practicante y estudió no solo en el colegio Los Rosales (el de Felipe de Borbón y sus hijas), sino también en el Retamar, perteneciente al Opus Dei.
Evidentemente, nunca fue de la Obra, aunque tiene amigos que sí lo son. Así es Borja Prado, capaz de poner una vela a Dios y otra al Diablo si es preciso, con tal de hacer negocios.