¿Estrenar vestidos cada semana? ¿Coche nuevo? ¿Vacaciones secretas en Navidad? ¿Vacaciones secretas en Verano? ¿Escapada en Semana Santa? ¿Tarde de cine? ¿Restaurante en Mallorca? ¿Llevar a las niñas a colegio elitista, mejor que público? ¿Y vestidas de marca? ¿Traer a la abuela Paloma a cenar de lujo en Palacio? ¿Un barco de vela para el otro abuelo? ¿Un finde en Londres para la abuela Sofía? ¿Vamos en el avión a alguna parte?
A pesar de tener que hacer frente a gastos de seguridad, personal, mantenimiento, y de tener que repartir entre varios, los miembros de la Casa Real suelen vivir bien por lo que sabemos. Como buenos administradores, parece que se apañan con los casi 8 millones que les damos entre todos, una cifra que este 2019 se incrementará en más de cien mil euros si se cumple la subida prevista.
Algunos medios utilizaban la expresión 'cuesta de enero' a la hora de hablar a principios de este mes de que la reina Letizia recicla cada vez más vestidos y que, gracias a ese ahorro en ropa, enfrentaba mejor las dificultades económicas que a la gran mayoría de las familias españolas les supone recuperar el equilibrio económico tras los excesos de las fiestas, regalos, Reyes Magos, Papá Noel, rebajas, etc.
Sin embargo, una buena noticia viene a consolar los apuros de la mujer del Monarca y de paso de toda la familia: los Presupuestos Generales del Estado recogen por tercer año consecutivo un aumento en la partida destinada a la Jefatura del Estado. Sube 111.890 euros hasta los 7,99 millones, una cifra muy de márketing de rebajas, para no rebasar el umbral psicológico de los 8 millones de euros, como los pantalones a 99,99: mejor que decir 100. El aumento no da ni para los look de Letizia, cuyo gasto en estar estupenda, elegante y guapa, para poder representar a España, se cifra en unos 130.000 euros al año.
La Casa del Rey podría disfrutar este año de esos 7.99 millones sólo si sale adelante el proyecto de cuentas públicas que Pedro Sánchez pretende adjudicar a la Jefatura del Estado, lo que supone un aumento de un 1,4%. ¿Qué se puede hacer con 111.890 euros más?
Podrán pagar la calefacción, no les importa mucho si les suben la luz y podrán pagar la factura de sus dos niñas en colegio elitista (14.000 euros al año les cuesta no llevarlas a colegio público). Pero la cifra del presupuesto real no es tanto si tenemos en cuenta que el salario mínimo subió un 22 por ciento. Si seguimos con semejante desproporción (una subida de 1.4% para el Rey y de 22% para los peor pagados), en cinco o diez siglos los súbditos ganarían más que su Señor...
Eso sí, en términos absolutos, los 900 euros en los se pone el sueldo de los que cobran menos resultan una cifra inmunda comparada con los 111.890 euros (de subida) que permitirán al Monarca, su mujer, sus hijas, sus padres, el personal a su servicio, etc. disfrutar de algo más de dinero disponible. Por tener otra referencia, la jubilación media en España (las hay mucho más baja, por supuesto) no llega a los 1.100 euros.
Para la Casa Real, en 2018 y 2017 se registraron subidas después de tres años en los que la asignación se congeló. En 2010 se quedó en 8,9 millones, y con la crisis y la política de austeridad de Rodríguez Zapatero primero y después de Mariano Rajoy, fue bajando. El ejercicio de 2017 el Presupuesto se veía aumentado en 40.000 euros, mientras que en 2018, el pasado año, el aumento alcanzó casi el 1%, lo que supuso 68.260 euros más. Hasta aquí los datos que por ley tienen que proporcionarnos.
Pero la cacareada transparencia de la Monarquía no llega al detalle de contarnos cómo distribuye estos casi 600.000 eurillos al mes (si los repartimos en 14 pagas) Felipe VI, responsable único y soberano de asignar a cada cual lo que considere oportuno. El artículo 65 de la Constitución dice que el dinero se le da al Rey "para el sostenimiento de su Familia y Casa". Fin de las aclaraciones. Lo que la reina se gaste en ropa, joyas o maquillaje; lo que don Juan Carlos dilapide en viajes, barcos de vela, ir a los toros con sus nietos, o comidas, lo que doña Sofía se deje en viajes a Londres, a Grecia o entradas para la ópera, si es que la paga, permanece en secreto. No sabemos qué parte les regalan, qué parte no, si ahorran, si se prestan entre ellos. Solo sabemos que la suma de todo procede de lo que nos quita Hacienda a los súbditos de nuestros sueldos y demás impuestos que el Estado recauda para entregar, en parte al Señor, Felipe de Borbón y Grecia.
Curiosamente, para que el Monarca pueda comenzar a echar las cuentas exactas, y a darle a cada uno lo suyo en el complejo de la Zarzuela, los republicanos de Podemos, los republicanos separatistas catalanes, los de Bildu y demás formaciones nada monárquicas tendrán que apoyar en el Congreso de los Diputados las cuentas de Sánchez, que previsiblemente no amarrará ningún apoyo del PP y Ciudadanos, los más monárquicos junto con el PSOE del arco parlamentario. Paradoja.
El Rey, ironías aparte, es el encargado único de desglosar la partida destinada a cada uno de los representantes de la Corona, empezando por el suyo propio, y el del resto de su familia. Pero también decidirá los gastos de personal, la cantidad para inversión o innovación tecnológica Zarzuela y otros gastos.
Pero el jefe del Estado cuenta con más dinero para afrontar ciertos gastos que generan él y su familia, no solo con estos casi 8 millones de euros. Una buena parte se paga con los presupuestos de otros ministerios, como el mantenimiento del palacio o buena parte de los efectivos de seguridad. Carteras como Presidencia o Defensa pagan de su presupuesto al personal de mantenimiento de Jardines y la limpieza (Patrimonio Nacional pertenece a Presidencia). La Guardia Real, por ejemplo, depende del Ministerio de Margarita Robles.