Meghan Markle no gana para disgustos con su familia. Ahora es su hermana, Samantha Markle, la que se ha convertido en noticia después de que haya salido a la luz que ha sido incluida en la lista de "personas obsesivas", por lo que puede suponer un riesgo para la seguridad de la familia real.
Las alarmas saltaron el pasado mes de octubre, cuando Samantha se presentó sin avisar en el Palacio de Kensington para ver a su hermana. Como era lógico, no pudo entrar. Al contemplar lo ocurrido, los encargados de su seguridad se pusieron en contacto con el departamento de evaluación de amenazas de personas obsesivas de Scotland Yard, desde donde analizaron lo que podría suceder si Samantha intentara volver a ponerse en contacto con Meghan.
Una fuente de Scotland Yard ha dado su opinión al diario The Sun: "Alguien como ella representa un riesgo, más que una amenaza. No está cometiendo un delito, pero sí genera preocupación a la familia real. Hay muchas posibilidades de que avergüence a los royals. Samantha podría protagonizar un escándalo y convertirse en noticia, aunque ya lo ha hecho".
Samantha Markle se ha defendido de las acusaciones a través de su cuenta de Twitter, donde ha calificado la noticia de "ridícula": "Estoy en una silla de ruedas eléctrica y vivo en un continente diferente. Intentar que se haga lo correcto por nuestro padre no es una obsesión. Dejen de decir mentiras o les demandaré", decía.
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