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Luis Alfonso de Borbón y el emotivo recordatorio a su abuela en el primer aniversario de su muerte

"Querida #Man, Un año después de tu #partida, te sigo recordando como la #SUPERABUELA que tuve la suerte de tener, que me acogió como un hijo más, me cuidó, me protegió y de la que recibí un #cariño infinito. Siempre te llevaré en mi corazón. D.E.P", dice Luis Alfonso. Este viernes se celebró una misa de cabo de año en una iglesia de Madrid, pero la madre de Luis Alfonso, hija mayor de Carmen, no asistió: "Estoy en el otro lado del mundo", se excusaba por teléfono.

La única hija del dictador y de Carmen Polo falleció justo hace un año, víctima de un cáncer con el que llevaba batallando varios meses. Tenía 91 años y ya no era Carmencita o Nenuca, como la llamaban desde el cariño, sino la matriarca del clan, madre de los siete hijos que tuvo con el cardiólogo Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Vilaverde, y abuela entre otros de Luis Alfonso, el nieto que se ha erigido como portavoz de la lucha familiar contra la exhumación de su bisabuelo, activista cercano a partidos como Vox y eterno aspirante al trono de Francia como duque de Anjou.

Pero los otros doce bisnietos del dictador se mantienen  alejados de la prensa. Solo Luis Alfonso de Borbón ha convertido sus redes sociales en todo un homenaje a su bisabuelo. "Te fuiste hace 43 años, pero estás más presente que nunca. Tus enemigos y unos traidores a la Patria no te olvidan, ni cesan de mencionarte. Otros muchos te seguimos recordando y rezando por ti", escribía el mes pasado, como adelantamos en exclusiva desde Informalia.

Esta militancia de quien es bisnieto de Franco y de Alfonso XIII contrasta con la forma de ser de su propia y adorada abuela, nada aficionada a la política. Ninguno de sus siete hijos, Mariola, Francis, Merry, Cristóbal, Arantxa, Jaime, y Carmen, la madre de Luis Alfonso, tampoco se han significado en exceso, salvo contra la exhumación por supuesto.

Entretanto, en este año de luto los hijos de Carmena se han repartido la herencia de su madre, que se ha cifrado entre 500 y 600 millones de euros. Nada más morir la matriarca acordaron un pacto de silencio mientras se solucionaban los trámites.

Carmen Franco Polo no fue mujer de muchas palabras cara al público. En noviembre de 2015, al cumplirse 40 años de la muerte de su padre, rompió su silencio habitual. Luego volvió a hablar en una entrevista concedida a María Eugenia Yagüe y más tarde para Nieves Herrero en su libro sobre ella. "Lo que tengo es un cáncer terminal. Todo ha sido este verano, he estado 15 días de médicos y dicen que debe ser de hace tiempo, pero bueno, lo he asumido y no pasa nada. No tengo tratamiento, no hace falta, pero bien, muchas gracias por su interés", le decía a la periodista de El Mundo con gran entereza y serenidad.

Lejos de cualquier tentación de dramatismo, Carmen Franco demostraba ya dos cosas: que era consciente de haber vivido bastante y que, a pesar de sus innegables privilegios desde que nació, le había dado tiempo en 90 décadas a aprender mucho de infortunios, de los que siempre había salido airosa. De su batalla contra la enfermedad sabía que no saldría. "Aquí estoy, dispuesta a recibir aquello que venga, sin lágrimas, no tengo miedo a nada ni tan siquiera a la muerte, la he visto de cerca muchas veces y la conozco perfectamente. No le tengo miedo, no me pillará quieta, reivindico mi nombre porque no quiero ser juzgada por la vida de los demás ni la de mis padres ni la de mi marido ni la de mis hijos. Soy Carmen, nada más. Una mujer que ha sido testigo de casi un siglo de historia. No sé cuánto tiempo voy a vivir más, tampoco me importa. Hasta donde llegue he llegado...".

Fue la propia hija de Francisco Franco quien dijo que quería que se la recordara "como una madre normal, aunque nunca he sido de dar muchos besos y esas cosas. Normal. Como decía de pequeña, soy muy corrientita. Recordadme como queráis".

Hasta que su salud se lo permitió fue una viajera empedernida: una de sus últimas aventuras fue un crucero por el Caribe, que la llevó a la Cuba comunista, pero también se movía por Europa y hasta asistía a partidas de caza, una de sus aficiones desde niña.

Carmen recibió caprichos inimaginables en una España oscura, pobre, deprimida y asolada por el hambre, la represión y la posguerra, pero fue educada en la disciplina casi militar, en contener sus sentimientos, y no derramó una lágrima en su vida, hasta que murió su nieto mayor, hermano de Luis Alfonso, Fran, el hijo de Carmencita y Alfonso de Borbón. Ella estaba en Costa Rica cuando ocurrió el accidente y en el avión que la traía en España no paró de llorar ni un momento. Las azafatas estaban impresionadas y no sabían cómo ayudarla.

Carmen Franco no fue mujer de muchos amores

Carmen no fue mujer de muchos amores. El primero fue con Ninín Suanzes, el guardiamarina Saturnino Suanzes Mercader, una relación que doña Carmen Polo cortó en seco. "Carmen nunca tuvo libertad, ni de movimientos ni para decidir. Su matrimonio con Cristóbal Martínez-Bordiú le permitió disfrutar de cierta libertad o de viajar por primera vez en su vida", cuenta Nieves Herrero en su libro sobre la hija de Franco.

Contrasta aquella falta de libertad con su actitud de respeto hacia los fracasos matrimoniales de sus hijos y sobre todo la agitada vida sentimental de Carmen, su primogénita. "Siempre ha practicado con ellos el vive y deja vivir y nunca ha interferido en sus decisiones, todo lo contrario de lo que hicieron con ella", explicaba Nieves.

Ahora, cuando se cumple un año de su muerte, la polémica exhumación de los restos del dictador impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez está de máxima actualidad. Podría producirse "en los próximos meses", según el presidente. Las visitas al Valle de los Caídos han crecido un 83% desde que se conoció la voluntad del Ejecutivo. A la misa de cabo de año en memoria de la hija del dictador no asistió la duquesa de Franco, su primogénita, probablemente de viaje por Australia con su yogurín. Carmen Martínez Bordiú, a sus 67 años, siempre se ha puesto el mundo por montera y se ha pasado por el Arco de la Victoria, el que construyó su abuelo, los dimes y diretes de todo el mundo. Posiblemente su madre no le reprocharía hacerlo.

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Comentarios 1

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pizpireta
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dictador???? A MÍ NO ME LO PARECIÓ. Déjense de tantas hostias

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