Rocío Carrasco (41) ha reaparecido en público casi un mes después de su derrota en los tribunales ante su ex marido, Antonio David, al que acusaba de un delito continuado de violencia de género. La justicia archivó la causa y la colaboradora ha refugiado desde entonces en los brazos de su esposo, Fidel Albiac, y de su amiga Anabel Dueñas. Con ellos se volvió a dejar ver este viernes en el Teatro Real de Madrid, donde asistió al concierto de Miguel Poveda.
En este primer acto tras el varapalo judicial, Rocío lucía un aspecto muy diferente al habitual. La hija de Rocío Jurado ha cambiado el color de su pelo del rubio al rojo. Además, lleva una melena lisa con tirabuzones que contrasta con el rizado que ha lucido en los últimos tiempos.

Carrasco evitó responder a las preguntas de los reporteros sobre su enfrentamiento con su ex marido. Tampoco se refirió a los comentarios de su hija, Rocío Flores, felicitando a su padre por la victoria judicial: "Doy por finalizada la etapa más dolorosa que he tenido gracias a recibir la mejor noticia que me han dado nunca (...) Ya puedo dormir tranquila sabiendo que dormirás todas las noches con nosotros. Enhorabuena por esa batalla ganada, la más frívola y dolorosa", dijo la joven, que no se habla con su madre desde hace años.
Así las cosas, la ex mujer del ex Guardia Civil se ha quedado sola y sin apenas apoyos en su familia, ya que su otro hijo también está de parte de su padre. Rocío tiene que conformarse con el apoyo de su esposo y de sus amigos, que son muchos y variados.
