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Así fue la boda blindada de Elena Tablada y Javier Ungría en Cuba: ausencias y fiesta hasta la madrugada

Elena Tablada y Javier Ungría se dieron el "sí quiero" pasadas las 15.30 del sábado en la iglesia de San Juan de Letran, en La Habana, mismo lugar en el que se casaron los abuelos maternos de la novia. La ceremonia religiosa estuvo marcada por el enorme blindaje, con el único objetivo de proteger la exclusiva, y por las destacadas ausencias de ilustres invitados.

Pocos son los detalles que han trascendido de la boda hasta el momento. No obstante, el medio digital Cibercuba ha desvelado que los novios y sus 200 invitados acudieron tras la ceremonia al restaurante Divina Pastora, situado en la entrada de la bahía de La Habana. El local, especializado en mariscos y comida cubana, acogió el banquete y la posterior fiesta, que se alargó hasta la madrugada.

Pero si algo ha marcado la boda de Tablada y el sobrino de Miriam Ungría, viuda de Kardam de Bulgaria, primogénito del rey Simeón, eso fue el extremo blindaje que rodeó a la cita. Los novios han salvaguardado al máximo la exclusiva y no han publicado imagen alguna en las redes sociales. La novia incluso ha cerrado su perfil de Instagram. Hasta el momento, lo único que se sabe de su vestido es que fue diseñado por Fernando Claro, también encargado del look de la pequeña Ella (8), su hija en común con David Bisbal y otra gran protagonista del enlace.

Las ausencias también han sido otra de las notas a destacar. Uno de los grandes ausentes fue Alejandro Sanz, padrino de Ella y marido de Raquel Perera, que fue una de las damas de honor. Tampoco acudieron algunas de las mejores amigas de la novia como las tres ex Miss España Eva González, que se encuentra en plena grabación de La Voz, Raquel Rodríguez y María Jose Suárez, que acaba de mudarse desde Miami a Coria del Río, su pueblo natal.

Quienes sí volaron hasta Cuba fueron la actriz Lucía Hoyos, Mariló Suárez, Rocío Martín Berrocal, hermana de Vicky, Lucía Hidalgo, la it girl Madame de Rosa o el estilista Cristo Báñez.

Tras el "sí quiero" religioso -los novios se casaron por lo civil este verano-, Elena y Javier disfrutaron de su noche de bodas en el lujoso hotel Gran Packard, cuya suite tiene un precio de 1.500 dólares al día. Este lunes abandonarán tierras cubanas y dejarán atrás una semana cargada de alegrías y emoción.

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