En sus 50 años de vida, Eugenia Martínez de Irujo nunca habría podido imaginar un cumpleaños tan inesperado, feliz y divertido. Inesperado porque la celebración fue toda una sorpresa, organizada en el mayor de los secretos, para ella, entre su pareja Narcís Rebollo, su hija Cayetana Rivera y su amigo Pascua Ortega, el prestigioso decorador que tiene una casa de ensueño en pleno Barrio de las Letras y es un anfitrión elegante y refinado. En su casa, y no en el Palacio de Liria, como se ha publicado, tuvo lugar la celebración.
Cumpleaños feliz, porque la duquesa de Montoro vive una auténtica luna de miel desde que hace un año se casó, a su manera, y como le dio la gana, en Las Vegas, con el productor musical del que está profundamente enamorada. Y viceversa.
Y fiesta divertida, porque después del cóctel–cena, hubo buena música para todos y para todos los gustos. Y, como ocurre en algunas fiestas civilizadas de hoy día, había una hora fijada para finalizar la celebración: las 3 de la madrugada.
Entre los invitados, gente del mundo de la música, cercanos a Narcís Rebollo, como Manuel Martos, ligado a la discográfica Universal que preside Narcís, Marta Sánchez, o Bárbara Kimpel, la cuñada de Antonio Banderas, amigos todos ellos de Eugenia y Narcís.
Pero también personajes ligados a la familia Alba, como Jaime de Marichalar, Inés Domecq, Brianda Martínez de Irujo, además de Fernando y Cayetano, hermanos de Eugenia. El duque de Arjona fue acompañado de su novia Bárbara Mitjans. Llama la atención una vez más, la desunión de los hijos de la duquesa Cayetana.

Carlos, el heredero del título, Alfonso y Jacobo, estaban en Madrid la noche del viernes, día de la fiesta, pero declinaron su asistencia. De los hermanos sólo estuvieron Fernando y Cayetano, cómplices de Narcís y Tana en los preparativos.
Algunos medios se equivocaron rotundamente con el lugar de la fiesta, publicando que se había celebrado en el palacio de Liria. Y más de un papparazzi hizo guardia en el restaurante Club Allard de la calle Ferraz. Otro caso de fake new, del estilo de las no-puesta de largo de Victoria Federrica o la no-asistencia de Richard Gere y Alejandra Silva a la boda de Alejandra de Rojas.
Eugenia sopló las velas del pastel de la forma más original, en una bañera y dando las gracias a todos los que estaban allí y los que la habían felicitado por mensaje.
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