El que fuera presidente de Telefónica está cada día más a gusto junto a Isabel Sartorius, cuya relación va viento en popa. Están mejor que nunca y amigos cercanos a ambos dicen que ella está "mas tranquila, guapa, y delgada", desde que su amistad con César Alierta se ha convertido en algo más. Pero además es que la ex de Felipe de Borbón está de estreno: se ha mudado de casa. Su novio le ha alquilado un piso en el madrileño barrio de Chamberi. Se trata de un inmueble más amplio del que ocupaba hasta ahora, aunque está situado no muy lejos de don de vivía. Isabel trabajó durante un año para la Fundación Telefónica como consultora externa, donde participaba activamente en las labores solidarias que desarrolla la organización no lucrativa promovida por el aragonés que, a sus 73 años ha cautivado el corazón de la bella Sartorius, 20 años más joven. Si bien trabajadores que colaboran con la Fundación comentaban que Isabel cobraba un sueldo que rondaba los 20.000 euros al mes, una portavoz de la entidad lo ha desmentido a Informalia. También han confirmado que Isabel Sartorius no está vinculada ya con la Fundación, desde mayo. Preguntados por qué después de un año Sartorius dejó de trabajar allí, no han dado ninguna explicación.

El ex número uno de Telefónica ha consolidado lo que antes era solo una ilusión en la figura de Isabel Sartorius. Según la periodista Beatriz Cortázar, el inmueble en el que se ha instalado Isabel y de cuya renta se hace cargo el millonario maño es grande. Todo indica que aquella "amistad muy intensa" por la que muchos no apostaban se ha convertido en algo más que un acercamiento con la otrora novia del entonces príncipe Felipe. Este soplo de aire fresco para César Alierta le ha cambiado, dicen sus cercanos, desde que perdió a la mujer de su vida, Ana Placer, hace tres años. Con ella compartía el inmenso patrimonio que posee, producto de más de dos décadas de trabajo y dedicación.

Y es que Alierta goza de una posición económica envidiable: tiene a su nombre varios pisos y fincas en Zaragoza. Además, tiene varios cargos en diferentes empresas y es socio de tres sicavs: Lierde, Valibesa y Alfa Inversiones) así como una patrimonial llamada Barnsley S.A.
Precisamente, en Lierde es donde invierte su fortuna personal. El nombre de la sociedad, constituida en 1994, responde a una aldea abandonada donde él solía pasar las vacaciones. Fue creada para gestionar su patrimonio y el de su familia.
La sicav pertenece a un grupo reducido de empresas con un patrimonio superior a los 100 millones de euros y detrás de las que se encuentran apellidos como March o Del Pino. En esta compañía también participaba su fallecida esposa.

El apellido Alierta adquiere aún más relevancia en Aragón, puesto que engrosa la lista de los más ricos de la comunidad. Su padre, Cesareo Alierta, además, fue alcalde de la ciudad y presidente del Real Zaragoza. De hecho, en su mandato se construyó el estadio de La Romareda, una calle y un colegio con su nombre.
Tras el fallecimiento de su padre, Alierta recibió dos pisos en la calle Teniente Coronel Valenzuela con superficies de 500 y 300 metros cuadrados y comparte, junto a sus cuatro hermanos, una parte de un garaje en un edificio de protección oficial en la Avenida de Navarra, según cuenta Vanity Fair.
Por si fuera poco, en el paraje de Puerta de San Pedro posee desde 1976 una doceava parte de una finca, en la localidad de Bujaquera de Río de Lierda figura a su nombre una sexta parte de un campo y una doceava parte de una heredad llamada borda del Clavetero en Canfranc con un pajar de tres hectáreas de extensión. Por otra parte, tras el fallecimiento de su mujer, también es dueño de una quinceava parte indivisa de un local de 126 metros cuadrados en la calle San Vicente de Paul.

En cambio, y a pesar de haber vivido durante gran parte de su vida en Madrid, el ex número uno de Telefónica no tiene nada a su nombre en la capital de España. César y su esposa vivieron primero en la calle Abelló y después se instalaron en Aravaca, en un domicilio que no se encuentra a su nombre.