La exvicepresidenta reapareció el jueves en su toma de posesión como miembro del Consejo de Estado. Con un notable y favorecedor cambio de look, la ex número dos del Gobierno de Rajoy dijo ver "con distancia" el panorama político actual y la situación interna dentro del PP, sobre todo la dimisión de su enemiga no declarada, la ex secretaria general María Dolores de Cospedal. Recordemos que Soraya fue la más votada en la primera vuelta de las primarias del PP y que solo perdió frente a Pablo porque la hoy defenestrada Cospedal entregó sus votos y su manejo del partido al que hoy es presidente del PP.

Tanto si estaba destinada a dirigir el futuro del partido como si no, Soraya perdió y se ha mantenido en un segundo plano hasta su toma de posesión en el Consejo de Estado. "Estoy en un momento reflexivo y tranquilo", nos decía el jueves a los periodistas. Mantiene contacto con el que fuera su jefe, Mariano Rajoy, porque "es un amigo", dice en cuanto tiene ocasión.
La parte buena de su desengaño político es que ahora la que fuera vicepresidenta del Gobierno dispone de más tiempo para leer cuentos a su hijo, algo que hace cada noche. El pequeño, de 7 años, fruto de su matrimonio con el también alto cargo de Telefónica (abogado del Estado en excedencia) Iván Rosa Vallejo, es el gran beneficiado de que mamá haya dejado de ser la mujer más poderosa del país para pensar, disfrutar del tiempo u de los suyos y escribir. "Estoy escribiendo sobre mis temas, democracia y esas cosas", explica.
No hace ni dos meses desde que la que fuera mano derecha de Mariano Rajoy y ex vicepresidenta del Gobierno anunciara que deja la política para "emprender otra etapa" de su vida y con el convencimiento de que era lo mejor para su familia. A sus 46 años, Soraya Sáenz de Santamaría dijo adiós y ya avisba de que se dedicará plenamente a los suyos, su marido, Iván Rosa Vallejo, y su hijo, el pequeño Iván.
Ellos son quienes siempre le han apoyado, sobre todo en estos últimos complicados meses de su mandato, en los que vio cómo su jefe y gran protector Rajoy perdía el cetro de poder ante la moción de censura de Pedro Sánchez. La derrota ante el socialista fue el preludio a un nuevo varapalo: el fracaso de su candidatura a presidir el PP tras la salida de Mariano. Pablo Casado le ganó la partida con la ayuda de Cospedal. Y Soraya cedió el paso.
Os adjunto el comunicado en el que anuncio, tras entrevistarme con nuestro presidente @pablocasado_, mi salida de la actividad política.
Sáenz de Santamaría (@Sorayapp) 10 de septiembre de 2018
Siento una gratitud profunda. Ha sido una experiencia impagable, en la que he intentado dar lo mejor de mí misma al @PPopular y a los españoles pic.twitter.com/vsECrvuass
Consciente de que su importancia en el partido había perdiendo fuelle, Sáenz de Santamaría, de memoria tan prodigiosa como la de su ex jefe Rajoy, prefirió retirarse de la esfera pública para volcarse en su esposo y su hijo, con quienes reside en un chalet de Fuente del Berro, en Madrid. La casa tiene varias plantas y una superficie de 231 metros cuadrados sin apenas jardín pero con una pequeña piscina.


Soraya e Iván Rosa, también abogado del Estado, siempre llevaron su relación con suma discreción y no son dados a aparecer juntos públicamente. Se conocieron en 2002 y se casaron por lo civil en 2005 y en Brasil, donde Iván, de padre portugués, tiene algunos parientes. A lo largo de su relación, él ha preferido mantenerse en un segundo plano y dejar que los focos apunten a su esposa.
Al igual que Sáenz de Santamaría, Iván Rosa también tiene un currículum envidiable. Trabajó en la Comisión Europea como experto en temas comunitarios y de cooperación judicial internacional, fue consejero de Justicia en la Representación Permanente de España en la Unión Europea y, desde 2012, es asesor jurídico de la división internacional de Telefónica.
Un año antes, en 2011, nació Iván, el único hijo del matrimonio. El bebé llegó con un pan bajo el brazo, ya que las elecciones de 2011 consagraron a su madre como vicepresidenta del Gobierno. En aquel momento, decidieron que fuera Iván quien se ocupara principalmente del niño. Ahora, las tornas cambian y será Soraya quien tenga todo el tiempo del mundo para ocuparse de los suyos. ¡Cómo cambia la vida!
Como en aquella famosa fábula de La Ratita presumida, la número dos de Rajoy respondía en Informalia a la cuestión: ¿Y por la noche qué harás? Si ya sacaba tiempo para leerle a su hijo cuentos o inventarlo, no digamos ahora. La ex vicepresidenta confesaba a Informalia que cuando el día termina inventa y lee cuentos a su hijo.
A la Soraya Sáenz de Santamaría menos conocida es la que disfruta de sus aficiones literarias y algo sagrado en su vida privada: "Media hora diaria de lectura no me la quita nadie. Leo por la noche cuando mi hijo Yván ya está dormido", confesó a Informalia.

Soraya, siempre pendiente de la actualidad literaria, da a entender que eso también la mantiene unida a su pareja. "Mi marido lee mucho y nos vamos pasando la información: 'Éste me ha gustado, este merece la pena... Y hay amigos que te cuentan también lo que van descubriendo", nos cuenta. "¡De cuentos para niños sé un rato! Aunque para mi hijo está el libro de leer y el libro de 'mamá cuéntamelo con la boca'. Por eso invento cuentos para mi hijo Yván. Me los voy inventando cada noche", confesaba la ex vicepresidenta del Gobierno antes de que su hijo aprendiera a leer. Ahora, con 7 años, él ya empieza a volar solo (a veces).