Alessandria Ocasio-Cortez reúne todas las características de una gran diva latina. Su físico, alejado de las exuberancias de una Sofía Vergara o Jennifer López, recuerda al de otras hispanas mucho más elegantes. A medio camino entre Sonía Braga y la ex de Mick Jagger, Bianca. En las antípodas de Ivanka Trump o Melania, solo tiene 29 años recién cumplidos y después de las legislativas de este martes en EEUU se ha convertido en la congresista más joven de Estados Unidos y en la bicha que trae por la calle de la amargura a Donald Trump. Algunos medios norteamericanos ya hacen cábalas imaginando un supuesto enfrentamiento entre ambos en las presidenciales de 2020.


La política del Bronx, de origen puertorriqueño, ya hizo historia hace meses al vencer al todopoderoso, Joseph Crowley, de 56 años, en las primarias demócratas. Entonces era número 4 de su partido en el Congreso y parte de esa generación que pide el relevo a la de Nancy Pelosi, de 78 años, líder de nuevo de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes.

Es mucho más que la ganadora de las primarias del Partido Demócrata para el distrito 14 de Nueva York, una circunscripción electoral a caballo entre Queens y el Bronx. Precisamente allí nació Alexandria, de madre puertorriqueña y padre neoyorquino.

Ya la conocen como AOC, igual que a JFK (John Fitzgerald Kennedy), por sus iniciales. Y cuando en Estados Unidos se te conoce por las siglas es que vas a pasar a la historia. Curiosamente, Alexandria ha mantenido contacto con el clan Kennedy. Fue becaria en la oficina de inmigración del senador Ted Kennedy tras finalizar con excelentes notas la carrera de Economía y relaciones Internacionales en la Universidad de Boston.
Al terminar la carrera no pudo invertir en su futuro aceptando un sueldo bajo en una compañía grande para hacer currículo y luego ascender: su padre había enfermado de cáncer y no tuvo más remedio que arrimar el hombro. La madre de Alexndria trabajaba como empleada doméstica y conductora de autobuses escolares. La joven decidió crear su propia empresa: una editorial de libros infantiles. También trabajó como educadora en diversas instituciones y organizaciones, como la Hispanic Society, tan vinculada a la Reina Sofía y a su marido, el Rey Emérito. También hubo trabajos menos prosaicos. Hasta hace medio año completaba sus ingresos mensuales trabajando como camarera a tiempo parcial en un bar de tacos y tequilas llamado Flat Six, en Union Square.

El salto a la política lo dio hace dos años, cuando fue empleada en la campaña presidencial de Bernie Sanders. El 26 de junio de este mismo año le arrancó de las manos el triunfo a Joe Crawley en Nueva York, un demócrata considerado como un tótem sagrado en su partido.
El programa de Alexandria es de izquierda radical, al menos en el contexto de Estados Unidos: Seguridad Social para todos, derecho básico a la vivienda, control de armas y terminar con la política de inmigración que se ha llevado hasta ahora en Estados Unidos. Como propina, es radical defensora de la causa palestina y está a favor del boicot a Israel, y reivindica el aumento del salario mínimo. Dado que ha ganado, se supone que a los latinos les suenan bien sus propuestas.
Pero no hay que olvidar que fue en Florida, el tercer estado con mayor porcentaje de latinos de EEUU donde Donald Trump ganó por la mano. Muchos hijos y nietos de inmigrantes lo votaron. No todos los latinos piensan igual. No es lo mismo un hispano de origen cubano (3,8% de la población total de Estados Unidos), probablemente anti castrista, que un emigrante mexicano (63%). Entre los 55 millones de hispanos que habitan en Estados Unidos solo un 10% son puertorriqueños.
Ocasio-Cortez además de política combativa, inteligente y trabajadora es glamourosa: ha posado para revistas como Vanity Fair o para el Vogue de Anna Wintour, tiene estilo y el indiscutible valor de ser una self-made woman, o sea, de haberse hecho a sí misma, trabajando mucho. Su rival Donald Trump presume también de haber forjado su imperio él mismo, aunque en realidad es otra de sus fakes news, dado que su multimillonario padre le dejó una importante fortuna, y negocios con los que arrancar en la vida.
Alessandria Ocasio-Cortez fue buscando el voto puerta a puerta, pegando carteles por las calles de su barrio (Queens es en realidad una ciudad de Nueva York, con más de dos millones y medio de habitantes). Es guapa, ambiciosa, inteligente, derrocha simpatía y domina las redes sociales. De hecho, se acerca al medio millón de seguidores en Instagram, donde se copia su estilo, y eso que no viste ropa económica.
Se le criticó mucho por ello y tuvo que defenderse alegando que se trata de diseños procedentes de Rent The Runaway, una web donde se pueden alquilar modelos de cierto nivel. Sus colores favoritos son el verde botella, el morado y también el negro y el blanco sabiamente combinados. Tiene una boca grande y sonríe con toda ella hasta las orejas, y sus maravillosas cejas han creado tendencia en los centros de estética. Intenta aparentar más años de los que tiene con ropa clásica, de ejecutiva, tal vez por aquello de que la tomen más en serio. Son solo 29 años pero a su electorado le gusta incluso en mallas jugando con un perro. Una imagen preciosa para los americanos, pero también hay sombras: según Page Six, intentó escamotearle 50 dólares a una compañera al finalizar la jornada de trabajo en la taquería donde trabajaba del reparto de las propinas. La supuesta víctima tuvo que protestar al encargado para que le doblara la cifra según los porcentajes de horas trabajados. Le correspondían 100. Alexandría se calló y le dio su parte, pero su actitud, según su compañera, fue de "Si cuela, cuela" y de "Quien parte y reparte, se lleva la mejor parte".
Alexandria Ocasio-Cortez vs Donald Trump 2020 Electoral Map Prediction - 2020 Election Results https://t.co/tVJs36HsTm
— Copio Tatotal (@copiotatotal) 8 de noviembre de 2018