Meghan Markle (37) se ha despedido de su gira por Oceanía con un look sobresaliente en azul marino de Givenchy que 'sólo' tenía un 'pero': la falda plisada era tan fina que transparentaba la ropa interior de la duquesa de Sussex. Después de la abertura del vestido en la isla de Fraser y de la etiqueta colgangera al aterrizar en Tonga, esto completa la tríada de 'errores estilísticos' de la ex actriz en su primer viaje oficial al extranjero.
Meghan, ajena a la jugarreta que le estaba regalando su outfit, se ha mostrado muy cercana y sonriente en la calle de Rotoura (Nueva Zelanda), donde se ha despedido de su tour por Oceanía junto a su marido, el príncipe Harry, del primer viaje internacional que han emprendido como duques de Sussex.


Meghan ha cautivado Oceanía
La gira ha sido todo un éxito. A pesar de que el embarazo de Meghan le ha obligado a guardar reposo y liberar sus compromisos algunos días, la esposa de Harry se ha sentido como pez en el agua. Con falda, pantalón, tacones, botas, en la playa, el bosque, la ciudad, con presidentes, con aborígenes, con hippies... La que fuera protagonista de Suits se ha adaptado a cada una de las situaciones con simpatía y soltura y ha presumido por primera vez de barriguita.



Precisamente el día que Meghan y Harry emprendían su gira, la Casa Real británica anunció el embarazo de la duquesa, que será madre la próxima primavera y que ha decidido, junto con su marido, renunciar al título real para su primogénito, pues quieren que tenga una infancia lo más tranquila posible.
