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Isabel Preysler desmiente que Vargas Llosa no tenga el divorcio, también en Perú: "Mario ya es soltero"

Isabel Preysler desmiente que su boda con Vargas Llosa esté paralizada por culpa de un trámite, desvela que "Mario ya es soltero" y añade que "todos los papeles ya están en regla", en contra de lo publicado el pasado fin de semana en el diario La Razón: "Incluso el último que faltaba en Perú", sentencia la filipina. "Podríamos casarnos en cualquier momento", comenta la viuda de Miguel Boyer, aunque confiesa que está maravillosamente bien como está.

La periodista Paloma Barrientos publicó el pasado sábado en el rotativo madrileño que la ex mujer del Nobel, Patricia no había facilitado la firma para la convalidación en Perú de la sentencia del divorcio otorgado en España y que por tanto el trámite seguía su curso: "Un año después de pedirle matrimonio, Vargas Llosa aún no está soltero", aseguraba la reportera. Pero no es cierto. Sí lo está. 

El noviazgo entre el premio Nobel y la viuda de Miguel Boyer saltó en la primavera de 2015. Un año después, el escritor hispano-peruano presentó la demanda de divorcio en el Juzgado de Familia de Madrid. Lo tramitó en España porque legalmente fue su última residencia conyugal y donde se encontraba empadronado era en el domicilio familiar madrileño. Pero su matrimonio estaba inscrito en su país natal. Vargas Llosa obtuvo la sentencia en España y ahora ya es también un hombre divorciado en Perú, donde ha tardado más tiempo el trámite porque los plazos marcados por la ley son más largos.

El año pasado, el autor de La ciudad y los perros pidió matrimonio a su amada. "Fue muy bonito. Una noche cenando tranquilamente", proclamó Isabel Preysler a los cuatro vientos.

"Nuestra relación es buenísima, inmejorable. Durante estos tres años y medio, hemos aprendido a conocernos y puedo decir que somos muy felices (...) Mario es una persona muy romántica. Me siguen sorprendiendo y emocionando sus cartas", cuenta en Hola.

"La admiración para mí es fundamental. A veces incluso pienso incluso que, cuando se acaba la admiración, se acaba el amor también. Convivir con Mario no es convivir con un premio Nobel, es vivir con una persona muy inteligente, muy culta y con mucho mundo. Tiene, además, un enorme sentido del humor; me hace la vida muy agradable. Con él aprendo cosas nuevas cada día... Es como estar en una maravillosa Universidad", confiesa.

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