La historia está repleta de viudas negras, mujeres que reciben este calificativo por asesinar a sus maridos, al igual que lo hace un tipo de araña hembra que se come al macho tras el apareamiento. Sin embargo, en caso de Isabel Preysler (67), ella representa todo lo contrario y se comporta con una educación exquisita al referirse a su amado marido, el fallecido Miguel Boyer, incluso cuando habla de un tema tan espinoso como el reparto la herencia del ex ministro socialista, un asunto que ha originado una gran polémica entre sus familiares.

La reina de corazones prefiere mantenerse al margen de estas disputas y desvela cómo fue el reparto de la herencia de Boyer, que se cerró en febrero pero cuyos detalles no habían transcendido hasta ahora: "No he sido la gran beneficiada en el reparto de la herencia. He recibido lo que dice la Ley para cualquier viuda y lo que reciben las viudas en la mayor parte de los casos", asegura desde la fiesta de Porcelanosa en Buckingham Palace a ¡Hola!.

Isabel da por concluida así esta etapa de su vida después de que ella misma, Elena Arnedo, viuda de Boyer, y los tres hijos del economista, Miguel, Laura y Ana, llegaran a un acuerdo para el reparto. La solución llegó de la mano de Christian, hermano de Boyer, que ejerció el papel de albacea.

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