El viaje de los duques de Sussex está dejando un sinfín de anécdotas, algunas buenas y otras no tanto. La última sucedió este jueves en Sidney, cuando el avión en el que viajaban el príncipe Harry, Meghan Markle y las 100 personas que les acompañan en su periplo por Oceanía tuvo que abortar su aterrizaje.
Al parecer, un avión que rodaba en pista avanzaba demasiado despacio y no dejaba hueco al chárter de los duques, por lo que su piloto decidió abortar el aterrizaje: "Había un avión en la pista que tardó un poco en rodar, desafortunadamente no había despejado la pista. Estábamos demasiado cerca, así que se tomó la decisión de abortar el aterrizaje. Era lo que llamamos un enfoque perdido", dijo el capitán Rosser.
No es el primer susto de los duques durante su viaje. Este miércoles, Meghan tuvo que ser evacuada durante su visita a uno de los mercados más famosos de Fiji por la gran cantidad de gente que acudió a saludarla y que los miembros de seguridad dudaban poder controlar.
La gira australiana de Harry y su mujer está siendo un éxito. Su simpatía y cercanía están conquistando las Antípodas y la maleta de Meghan está arrasando, incluido su último descuido: una etiqueta colgando de un maravilloso Self Portrait rojo.
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