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Prueba de fuego para el Rey Juan Carlos: ¿habrá posado junto a doña Sofía en su 80 cumpleaños?

Los premios Princesa de Asturias, orgullo de la Corona, escenificaron el pasado viernes la grandeza del reconocimiento que España otorga a los galardonados. Pero a la vez, la solemnidad y el enorme boato de la ceremonia de entrega amplificaron el cisma que vive la familia del Jefe del Estado.

Doña Letizia, soberbiamente vestida con aquel Varela gris, y la Reina Sofía, con su traje de chaqueta impecable, flanquearon al Rey, que en todo momento estuvo pendiente de su querida madre, como se puso de manifiesto en varios gestos que el Monarca dedicó a doña Sofía. El calor hacia la Emérita de los asistentes al acontecimiento, tanto en la calle como dentro del Campoamor, también fue evidente.

Don Juan Carlos y doña Elena estaban a la hora de la ceremonia no muy lejos del teatro ovetense, en la vecina Galicia, celebrando por su cuenta una cena solidaria, como adelantamos en primicia. Don Felipe, su mujer, sus hijas y su madre son claramente el núcleo duro de la Familia Real. Solo cinco personas quedan para la fotografía en lo que respecta a actos oficiales. En otro escalón está la infanta Elena, cuya actividad pública es casi nula, aunque aún se la requiere en contadas ocasiones. Cristina va y viene casi en secreto, apestada aún por tener un marido en la cárcel por robar.

El Rey Emérito ha desaparecido de la oficialidad desde el último escándalo de Corinna. Exonerado de cualquier culpa penal o civil, su imagen ha decaído, y ha dejado de ser fotografiado junto a su hijo cuando se trata de apariciones públicas relevantes. Su agenda tiene más que ver con su actividad privada, de ocio y poco más que con el servicio al Estado como sustituto del jefe del Estado o embajador representativo de España en acontecimientos de nivel.

La grotesca excusa de la lesión de muñeca que impidió al Emérito pasar el verano en Palma de Mallorca junto a doña Sofía y sobre todo junto su hijo y el resto de la Familia señalaba ya la suerte que correría don Juan Carlos en este sentido,  al menos hasta que se calmara el huracán Corinna, los rumores de comisiones y otras molestas cuestiones que situaron al monarca que pilotó la Transición bajo sospecha. Toros, comilonas, vela con sus amigos, cenas con Koplowitz... Pero nada de fotos con el rey. Y eso que las intenciones de aparato de la Casa Real pasaban a principios de años con rehabilitar al héroe de la Transición y el 23-F.

El espaldarazo de la Justicia, exculpando al regio cazador de elefantes porque era inviolable o simplemente porque la fiscalía no vio delito alguno, no sirvió sin embargo para borrar de las mentes de muchos de quienes fueron sus súbditos la sombra del escándalo, el hedor a vividor que engañaba a su mujer durante años, con amantes vigiladas y atendidas por los servicios secretos españoles y tal vez, solo tal vez, cuidando de que su fortuna le asegurara una vejez de multimillonario bon vivant, con o sin corona.

Por eso, el 80 cumpleaños de la reina Sofía, este 2 de noviembre, es una oportunidad excelente para hacer un nuevo test al respecto de la situación que atraviesa la Familia. Sería un despropósito que en un cumpleaños tan redondo don Juan Carlos no estuviera presente. Es más, se prevé una celebración especial para homenajear a la Reina Emérita. Se da por hecho que viene la infanta Cristina desde Ginebra con los nietos Urdangarin, que por supuesto estará doña Elena con Foilán y Victoria Federica, y nadie duda de que Felipe VI esté presente junto a la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Letizia, que viaja a Ginebra el 1 de noviembre, según consta en su agenda oficial, deberá asistir también. El mejor regalo que puede recibir la abuela es reunir a sus ocho nietos aprovechando que su cumpleaños coincide con el puente de Todos los Santos, una misión imposible salvo en aquellos veranos de Palma.

Además, en Zarzuela, aparte de la hermana de doña Sofía, estarían tal vez otros miembros de su familia griega, aunque Constantino está pachucho. Con todo, la gran foto sería aquella en la que veamos a don Juan Carlos con su mujer, su hijo, sus dos hijas, su nuera, y los ocho nietos, en torno a la abuela Sofía. Otra cosa es que el almuerzo, del que habla Martín Biachi en la revista Hola, sea un acto privado, sin posados para la prensa, y sin que Sofía tenga que sacar a relucir la sonrisa forzada ante el travieso marido que ya apenas ve la buena esposa del Emérito.

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