En la crónica de la boda de Silvia López Madrid con Pablo Valdenebro, celebrada este sábado en la mansión familiar de Puerta de Hierro, Informalia recogía las declaraciones de una persona invitada a la ceremonia en las que confirmaba que los Reyes no habían asistido "porque no era oportuno", pero añadía que "Sus Majestades y Javier (López Madrid) y Silvia (Villar Mir) se siguen viendo y se siguen queriendo". En privado, se entiende.
El yerno del todopoderoso Villar Mir está salpicado en distintos casos judiciales, tanto de corrupción económica y política como en el supuesto acoso hacia la dermatóloga Elisa Pinto, que acabó en unas presuntas puñaladas del ex comisario Villarejo hacia la doctora, agresión presuntamente encargada por López Madrid. Ahora ya toda España sabe de lo que es capaz el ex policía Villarejo, y los jueces le mantienen el la cárcel ante los indicios que apuntan que se dedicaba efectivamente a extorsionar por encargo y a cambio de grandes sumas de dinero, utilizando información de la Policía y grabaciones hechas por él mismo, registrando reuniones, cenas, comidas y encuentros de todo el que podía: desde Corinna, la amante del emérito, hasta la actual ministra de Justicia o el ex juez Garzón, pasando por el ex presidente de la CAM, Ignacio González, o el marido de Ana Rosa Quintana. Pero el personaje que se sitúa entre el actual jefe del Estado y Villarejo se llama Javier López Madrid. Son difíciles de olvidar los mensajes entre el empresario y doña Letizia, donde la Reina llamaba Compiyogui al empresario.
Esta mala imagen del yerno del ex ministro y poderoso constructor obligó a los Reyes a cancelar sine die las frecuentes salidas al cine y a cenar junto a sus íntimos amigos López Madrid y Silvia Villar Mir. Y al parecer, también se interrumpieron las sesiones conjuntas de yoga, entre la reina y su compiyogui, mano a mano en la casa de JLM en Puerta de Hierro.
Pero otras personas cercanas a López Madrid han reiterado a Informalia que los contactos entre los Reyes y el empresario siguen siendo amistosos y frecuentes de puertas adentro. Y añaden que es probable que don Felipe haya seguido consejos de López Madrid en materia financiera o de inversiones. Lo que más preocupa en este momento en el entorno de la investigación a Villarejo es la supuesta amenaza por parte del ex comisario encarcelado de revelaciones explosivas si antes de Navidad no le dejan en libertad, que afectarían a la Reina Letizia.
Entre las innumerables grabaciones que el comisario hacía de sus clientes sin advertirles, además de tener pinchados sus teléfonos, se teme que incluya conversaciones del Rey y López Madrid o de López Madrid y su real compañera de yoga que, según fuentes cercanas a los expertos informáticos de la Policía, "podrían dinamitar los pilares del Estado". La policía judicial sigue desencriptando esas grabaciones pero ya deslizan desde ámbitos judiciales que sólo se fijarán en las que tengan relación con los negocios fraudulentos del ex policía y quedarán secretas las de tipo personal, refiriéndose muy probablemente a las que afecten al entorno de la Familia Real. Pero Villarejo ha hecho tres copias de ese material, depositado fuera de España y en tres países distintos. ¿Tendremos traca real en Navidad, coincidiendo con los Santos Inocentes?