La top brasileña ha publicado una biografía en la que desvela la época más oscura y difícil de su vida. Fue en 2003, cuando formaba una de las parejas más guapas del panorama internacional con Leo Dicaprio: "No tenía fuerzas, me hacía pequeñita y no podía respirar".
"Estaba en lo más alto, tenía buena relación con mi familia y siempre me había considerado una persona positiva. Las cosas pueden parecer perfectas desde fuera, pero uno no tiene ni idea de lo que está pasando en realidad". Así comienza Gisele Bündchen a narrar el momento más duro de su vida. Lo ha hecho en el libro Lessons: My Path to a Meaningful Life (Lecciones, mi camino a una vida significativa), donde repasa su carrera como modelo y desvela, por primera vez en sus 38 años, que sufrió ataques de pánico y tendencias suicidas.
La primera de sus crisis tuvo lugar durante un vuelo en un avión privado y derivó en claustrofobia, una situación que le llevó a pensar en el suicidio: "Pensaba que si saltaba por el balcón, por fin sería el final de todo y no tendría que preocuparme más de mis sentimientos".
Tras consultar con un especialista que le recomendó comenzar un tratamiento médico, optó por empezar a cambiar sus hábitos diarios: "Fumaba cigarrillos, me bebía una botella de vino y tres cafés cada día. De repente, lo dejé todo, incluso el azúcar". Además, redujo su agenda laboral a lo estrictamente necesario y puso fin a su noviazgo con Leonardo Dicaprio, con el que salía desde hacía cinco años. "No me arrepiento de nada. Todo el que se cruza en nuestro camino nos enseña algo y yo aprendí mucho con él".

Afortunadamente, todo eso forma parte del pasado. Ahora, Gisele es una amante de la vida sana, el yoga y la meditación. Lleva nueve años casada con el jugador de fútbol americano Tom Brady, con el que tiene dos hijos, Vivian y Benjamin.