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Tamara Falcó fracasa en su intento de perder peso en la Buchinguer y prefiere no ser vista en fiestas ni presentaciones

Apenas tres años separan estas cuatro imágines de Tamata: su obsesión  con su peso ha sido objeto de artículos en portales rosas y revisa del cuore y su reciente ingreso (por segunda vez) en la clínica Buchinger de Marbella, donde ha gastado una pequeña fortuna, no ha resultado como esperaba la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón  que, según su entorno más cercano, se encuentra preocupada y apartada voluntariamente del foco mediático tras haber vuelto a ganar varios kilos. Dicen que a la diseñadora, que cumple 37 años en noviembre, no le compensan este disgusto ni siquiera los triunfos que cosecha con su colección de moda, que ha gustado mucho. Su talla no es excesiva, tal vez es la de una chica normal, pero al lado de su madre o su hermana, y acostumbrada a una excesiva delgadez, no se siente bien.

Ella quiso que este fuera el verano de su recuperación. Régimen, ejercicio y reposo eran los ingredientes de la receta que gente cercana, tal vez su madre, le dieron para sacar adelante su objetivo: volver a su talla 36, tal vez la 38. Pero no todo ha salido como se esperaba. La única hija del marqués de Griñón (81) e Isabel Preysler (67) se siente cohibida y reducen al máximo sus apariciones públicas desde que la talla que su cuerpo le exige pasa de la 40, una talla muy normal pero que a ella no le hace sentirse bien.

No la vemos en saraos VIP, y nos insisten en que por mucho que se le insista en que es una mujer normal, que no edebe estar acomplajada, ella no sale por no encontrarse demasiado bien consigo misma tras haber recuperado algo más de ocho kilos. "Tamara no se siente bien con su cuerpo actual porque ella siempre ha estado más delgada. Los amigos le dicen que está bien, pero tener una madre como la suya o una hermana como Ana, con unas medidas tan controladas, no ayuda demasiado", aclaran desde el entorno de la hija de Carlos Falcó.

Su ausencia en eventos a llegada del verano; como las galas Starlite, donde era una habitual, dispararon las alarmas. Su penúltima aparición tuvo lugar el pasado 13 de julio en Palma de Mallorca, en la tienda Paula's Room, donde se encontró personalmente con clientes de la boutique para presentarles personalmente la primera colección de su firma: TPF, tal y como recogimos en Informalia. L

La presencia de Tamara Falcó en los Prix Marie Claire de la moda, a finales de 2016, donde recibió el Premio a Icono del Año, sorprendió por su espectacular cambio físico. Su cuerpo esbelto, incluso en ocasiones demasiado delgado, pasó a ser algo más voluminoso; y ante eso, explicó: "Tengo un problema de tiroides que, aunque ya estoy poniendo todo para solucionarlo, es largo y pesado. En un primer momento me agobió bastante pero luego he aprendido a amar las curvas femeninas", dijo.

Pero fue en el verano del pasado año cuando tomó la determinación de ingresar junto al novio de su madre, Mario Vargas Llosa (82), en la clínica Buchinger-Wilhelmi de Marbella, en la que se sometió a un tratamiento con el que recuperó su estado físico anterior casi al completo. Tamara Falcó lo ha intentado de nuevo pero estamos a finales de agosto y la primera imagen suya que se ha filtrado atestigua que ha fracasado, que esta vez no ha funcionado. 

Sus colecciones son reducidas, de aproximadamente 15 modelos distintos, de los que llevó tres unidades de cada uno. Los precios de sus diseños oscilan entre los 200 y 300 euros y las telas son de seda y algodones de calidad muy bien confeccionados.

La venta fue todo un éxito y agotó existencias, por lo que piensa volver en octubre para vender personalmente la colección de otoño también. Tras la jornada, Tamara dio las gracias a las clientas que acudieron a la boutique a través de sus redes sociales.

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