Los reyes de Noruega cumplen sus Bodas de Oro este miércoles y lo celebrarán con un oficio en la catedral de Nuestro Salvador de Oslo, donde se dieron el "sí, quiero" en 1968. A pesar de que su historia de amor ha sido una de las más duraderas y estables de las familias reales europeas, sus inicios no fueron nada fáciles, pues se vieron ensuciados por un intento de suicidio y un romance entre el que por aquel entonces era heredero y la reina Sofía de Grecia (79).
Harald V de Noruega (81) y Sonia Haraldsen (81) se conocieron en un campamento de verano cuando tenían 15 años y surgió el amor. Ambos mantuvieron su romance en secreto durante una década, ya que, por aquel entonces, él era el príncipe heredero y ella la hija de un comerciante.
Durante esos diez años, la joven estudió Diseño de Moda, trabajó como costurera, amplió sus estudios sobre el mundo de la confección del trapo en Suiza y, una vez de vuelta a Noruega, se matriculó en varios cursos sobre Historia del Arte. Él, por su parte, ingresó en la Escuela de Caballería y en la Academia Militar, donde consiguió el rango de general del Ejército de Tierra y Aire y el de almirante de la Marina.

Al cumplir la mayoría de edad, Harald le confesó el romance a su padre, el rey Olav V, quien se opuso a dicha relación y a un futuro compromiso. Para acabar con el noviazgo, el rey mandó a su hijo a estudiar a Oxford, donde conoció a varias princesas europeas a las que consideraba más aptas para ocupar el trono de Noruega. Entre ellas se encontraba Desiré de Suecia, que no despertó el interés del príncipe, al contrario que la princesa Sofía de Grecia, con la que entabló una amistad muy entrañable (a pesar de que la reina emérita lo negó en su primera biografía autorizada, escrita por la periodista Pilar Urbano).
En 1968, ante los continuos rumores de compromiso entre Harald y Sofía, Sonia amenazó con suicidarse y el príncipe, aún enamorado de ella, le plantó cara a su padre: "O me caso con Sonia Haraldsen o renuncio a mis derechos dinásticos". El rey Olav aceptó y el 29 de agosto de ese mismo año se celebró la boda real.

A la ceremonia asistieron miembros de las casas reales más importantes, las mismas que en abril de 1956 no acudieron a la boda entre el príncipe Rainiero de Mónaco y la actriz estadounidense Grace Kelly por tratarse de un matrimonio entre un miembro de la realeza y una plebeya.

"Sabes mejor que nadie lo que siento, tanto ahora como en el pasado. Y mejor que nadie entiendes lo que este momento significa realmente", dijo el recién casado a su esposa durante el banquete.
Precisamente por la difícil historia entre ambos, los reyes de Noruega no pusieron impedimentos a sus hijos ante sus deseos de casarse. El heredero, el príncipe Haakon Magnus (45), contrajo matrimonio con Mette-Marit (45), que tiene un hijo de una relación anterior. La princesa Marta Luisa (46), por su parte, se casó con el polifacético escritor Ari Behn (45), de quien se divorció en 2016.
