Las vacaciones veraniegas de los Reyes son secreto de estado. Los portavoces de Zarzuela no saben ni contestan, argumentando que se trata de asuntos privados y que ni ellos mismos saben dónde está la Familia Real, aunque los escoltas que les acompañan cobran sus sueldos de dinero público. En estos momentos, después de asistir a los actos de Barcelona en memoria de las víctimas, don Felipe, Letizia y sus hijas disfrutan de ese viaje que sólo casi conocen el presiente del Gobierno y la seguridad del Estado.
Otros veranos se ha hablado del castillo de un amigo de la familia en la costa portuguesa, de crucero por las islas griegas, de Turquía o incluso el lejano Pacífico. Nadie ha imaginado que esas vacaciones podrían estar más cerca esta vez. Y es que, después de recibir a Pedro Sánchez el lunes 6 de agosto en el palacio de Marivent y del almuerzo de los reyes con el jefe del Ejecutivo y su esposa Begoña Gómez, la reina y sus hijas Leonor y Sofía viajaron a Asturias para visitar a Menchu Alvarez del Valle, la abuela de la reina de 92 años, en su casita de Sardeu en el oriente asturiano.
Eso es lo que Letizia comentó a amigos mallorquines con los que se vio en varias ocasiones durante la Copa del Rey en Palma. La reina habló con entusiasmo de su tierra natal, de los olores y sabores de Asturias y de su enorme cariño y admiración por su abuela Menchu, una locutora que hizo historia en las emisoras asturianas y que a sus 92 años tiene intactos su lucidez y carisma.
Letizia, Leonor y Sofía habrían pasado la primera parte de sus vacaciones secretas con la abuela asturiana, mientras el Rey acompañaba a su madre doña Sofía en Mallorca, donde se les vio navegar juntos.