Corinna Betsch, la esposa del gran piloto alemán, es noticia porque se acaba de confirmar que deja Suiza y se traslada a Mallorca junto con su marido y todo el equipo que lucha por su recuperación desde que el 29 de diciembre de 2013 el heptacampeón sufriera un terrible accidente de esquí que le mantiene conectado a 4 máquinas.
El 8 de julio del 2014, Corinna hizo su primera aparición pública después de la tragedia familiar: "Vamos cuesta arriba, por supuesto lentamente, pero al menos avanzando", declaró entonces. La alemana cuenta con el apoyo de miles de fanáticos en todo el mundo que bajo el lema Keep Fighting (Sigue luchando) quieren volver a ver al piloto.
La esposa del deportista alemán es también la administradora de la multimillonaria fortuna de Schumacher y la madre de dos hijos Gina-María, de 21 años, y Mick, de 19. Este último actualmente compite en la Fórmula 3 Europea. Betsch era en 1994 una empleada que trabajaba en las oficinas de la Fórmula 1 y salía con Heinz Harald Frentzen, un compañero de Schumacher. Michael sintió un irreprimible flechazo hacia Corinna y en la fiesta previa a la carrera de Le Mans de aquella temporada, la invitó a dar un paseo en moto. Ella dejó a Frentzen automáticamente y eligió a Schumacher, con quien se casó al año siguiente (arriba, una foto de ambos en su boda, en 1995).
Dos años después nació Gina-María, la primogénita, muy aficionada a la doma de caballos, como su madre. En 1999, llegó Mick, que ha seguido los pasos de su padreen el automovilismo y hoy es piloto de la Fórmula 3.
La primera decisión importante que tomó Corinna tras el accidente de Los Alpes fue colocar un centro de rehabilitación en su casa en Suiza y llevar a su marido allí en septiembre del 2014, después de haber pasado 159 días en coma y un corto período en una clínica de Lausanne. Medios británicos y alemanes publicaron después que el piloto precisaba un equipo de 15 personas para cuidarle tras el severo traumatismo craneoencefálico que lo dejó en estado vegetativo, y del que aparentemente se recupera muy lentamente. Ese cuidado constante le cuesta 130.000 mil euros semanales según difundió en su día Daily Mirror.
A pesar de la más que acomodada posición económica de la familia, sobre todo gracias a las 19 temporadas que el alemán compitió en el más alto nivel de la Fórmula 1, La mujer de Schumacher se vio obligada a subastar algunos objetos del piloto, empezando por su avión privado, un Falcon 2000 EX que salió a la venta en 2014 por 23,8 millones de dólares. También tuvo que vender su fabulosa cabaña de Noruega, cerca de Oslo, en 2015 a cambio de 2,5 millones de euros. No tuvo reparos en deshacerse del Rolls-Royce Phantom coupé en agosto del 2016, por el que una compañía portuguesa pagó 350.000 euros. A fines de 2017, vendió en subasta el mítico bólido con el que Schumacher ganó el Gran Premio de Mónaco en 2001, por el que sacó casi 7 millones de euros. Sin embargo, Corinna siempre ha rechazado ofertas de mucho dinero por contar en primera persona el drama vivido por su marido desde el accidente y por desvelar al detalle su situación médica.