Cambio de decorado, de fecha, de actitud. Nunca el habitual posado veraniego de los reyes y sus hijas Leonor y Sofía en Mallorca había sido tan abierto, cordial y más allá de los brevísimos 10 minutos que había durado en años anteriores.
La cita de este domingo a las ocho de la tarde ha sido en la Almudaina, el auténtico palacio real, no la residencia de vacaciones de Marivent donde han vivido don Juan Carlos, doña Sofía y sus hijos desde que empezaron a frecuentar la isla. ¿Se trataba de marcar territorio y dar un carácter más institucional a la Familia Real y a la Princesa de Asturias, cuyo papel va cada vez tomando más cuerpo?.
Era la primera vez que las hijas el rey pisaban el bellísimo recinto de origen medieval donde gobernaron los reyes de Mallorca, Aragón y España y donde se alojan los jefes de estado de visita a la isla, el último, Bill Clinton.
Algunos entendidos en temas de la realeza explican que Máxima y Guillermo de Holanda posan cada año con sus hijas en sitios distintos, pero este cambio de ubicación en Mallorca va más allá, transmite deseo de rigor institucional y supervivencia en momentos críticos para la Corona.
Transmite borrón y cuenta nueva y el mensaje de que el rey es Felipe VI, su heredera ,Leonor y su familia, Letizia y Sofía. Urdangarín y don Juan Carlos son pretérito imperfecto.
Leonor y Sofía han crecido y se nota en su forma de vestir, más de adolescentes, menos niñas, Leonor de azul, Sofía de blanco, como Letizia, que eligió un sencillo modelo blanco en algodón troquelado.
El Rey habló con gusto con la prensa, tenía ganas de explicarse y animó a sus hijas a hablar con los periodistas, con esa normalidad que tantas veces hemos reclamado.
A las niñas les han preguntadon por su estancia en un campamento de Estados Unidos y han explicado que se lo pasaron bien, practicaron mucho un inglés que ya sabían y jugaron al tenis y a un deporte de nombre ininteligible, que ni su padre conocía, en el que se juega a la pelota en grupo.
Don Felipe ha acercado a su familia a los periodistas para que le escucharan mejor y ha animado a sus hijas a seguir hablando, mientras la reina apenas se pronunciaba, dejando el protagonismo al rey y a las infantas.
Alguien se atrevió a preguntar por la salud de don Juan Carlos, oficialmente de baja en la Copa del Rey de Vela que empieza este lunes y don Felipe ha asegurado que se está cuidando, porque su padre había estado haciendo demasiado ejercicio y no era aconsejable ponerse al mando de un barco.
Y que por supuesto, le hubiera encantado navegar y competir junto a su padre, aunque esta vez no ha podido ser. Ninguna otra explicación sobre la ausencia de don Juan Carlos de la isla. Algo había que decir.
Leonor hará su primera visita oficial a Asturias el 8 de setiembre en Covadonga, pero en octubre no estará todavía en los Premios Princesa de Asturias. Otro año será.
Cordialidad y explicaciones inesperadas. "¿Dónde queréis que nos pongamos?", preguntaba amable el Rey a los fotógrafos. Y ha habido hasta un segundo posado, en la terraza de La Almudaina, con vistas espectaculares al mar.
¿Para demostrar que los reyes aman a esa isla que se queja de que la frecuentan poco? ¿Para transmitir que el trono se hereda pero no sus malas prácticas? En todo caso, misión cumplida.