El tsunami provocado por las revelaciones de Corinna zu Sayn Wittgenstein al ex comisario Villarejo y a Juan Villalonga tiene efectos colaterales inesperados. La mallorquina Marta Gayá, con quien el rey Juan Carlos mantuvo una apasionada relación durante 20 años, dejó Palma para huir de posibles preguntas o cámaras de prensa y decidió refugiarse en su casa de Suiza hasta que amainara el temporal. Normalmente, Marta Gayá pasa los primeros meses del año en su casa de Gstaad pero regresa a Mallorca en primavera.
Esta vez había razones de peso para escapar de la posible curiosidad mediática, aunque en su círculo mallorquín aseguran que está a punto de volver a la isla. Pero si su vida social en Mallorca es siempre discretísima y de puertas a dentro, "este verano tendrá que escoger más aún las cenas o fiestas privadas a las que acudir", según asegura un amigo de la ex amante del Rey a Informalia. Y eso que jamás ha dejado que ni siquiera sus íntimos le comenten o pregunten por su relación con el don Juan Carlos. Ella hace como si nunca hubiera existido, a pesar de que muchos de ellos protegieron o fueron testigos de sus encuentros. Con uno de los conocidos que un día le hizo una pregunta cortó la relación de inmediato.
A diferencia de la princesa Corinna, Marta Gayá jamás hizo ostentación de su cercanía a don Juan Carlos. La única foto donde han aparecido juntos se publicó en julio de 2017, muchos años después de acabar su relación sentimental, que no la amistosa, que siempre se ha mantenido. Marta es la mejor amiga del rey emérito y depositaria de sus confidencias, de sus problemas y hasta su paño de lágrimas.
La primera foto conocida de Marta y don Juan Carlos en 30 años fue tomada en la localidad irlandesa de Clomellon, en julio de 2017. Ambos estaban convocados por un amigo mexicano del emérito, Allen Sanginés Krause, y su esposa Lorena, también amigos de Corinna y propietarios de un castillo cerca de Dublín. Don Juan Carlos y Marta Gayá formaban parte del grupo de invitados del matrimonio mexicano para la inauguración de Saint John's, la iglesia del pueblo, cuya restauración fue financiada por el magnate azteca.
La vida tranquila de Marta Gayá y su habitual discreción se han visto alteradas una vez más por Corinna Sayn Wittgenstein, la mujer que más daño ha hecho a su amigo el Rey.