Este lunes, Cristina de Borbón despegó desde Madrid en el vuelo de la compañía Swisse Air, a las 12 de la mañana, rumbo a Ginebra, y en clase business. Hace justamente una semana, Iñaki Urgangarín hacía el trayecto inverso, de Ginebra a Madrid, en una compañía low cost, horas antes de su inmediato ingreso en la prisión de Brieva, en la provincia de Ávila. La infanta vestía traje de chaqueta gris y parecía abatida y seria, de acuerdo con la descripción de testigos que la vieron.
La víspera, el domingo, era el santo de don Juan Carlos, pero también día de visita en la prisión donde el marido de la infanta cumple la pena impuesta por el Supremo. Medios de prensa estaban atentos a la posible visita de la infanta a Iñaki Urdangarín, pero ninguna cámara pudo captar su presencia, que sepamos.
Algunos de los familiares de las reclusas internas en esta prisión nos dijeron que tenían noticias de que Iñaki Urdangarín está bastante desanimado, aunque le gusta la comida de Brieva, según les había contado la familiar que estaba encarcelada y que precisamente era la encargada de la cocina.
Resulta evidente que la infanta Cristina viajó a Madrid, y no a Barcelona (adonde se desplaza a menudo por su trabajo en la Fundación de la Caixa) para ver a su marido, que tiene derecho a una visita de 50 minutos a la semana en el locutorio y un vis a vis al mes. Sea cual sea la opción elegida por la infanta Cristina, no la ha hizo a las horas reglamentarias que rigen para el resto de los familiares.
No sabemos tampoco dónde se ha alojado la infanta en su breve estancia en Madrid. En el palacio de la Zarzuela nos remiten al habitual "no nos consta" con el que ni niegan ni confirman la estancia de la hija de don Juan Carlos en la residencia oficial donde viven sus padres, si bien a preguntas de este portal no han desmentido que pasara por palacio.
También es posible que doña Cristina haya sido huésped de su hermana doña Elena y haya viajado a Madrid con ella. La infanta Elena llegó el pasado jueves a Ginebra para acompañar a su hermana en estos difíciles primeros días sola con su hijos, mientras su marido también llevaba mal, según dicen, la soledad de la prisión.