"Estoy al corriente de mis obligaciones fiscales", responde el ministro de Cultura y Deporte cuando se le pregunta por sus problemas con el fisco. Pero lo cierto es que en los ejercicios de 2006, 2007 y 2008 no hizo bien sus declaraciones de la renta, ya que tributó sus ingresos a través de una empresa, pagando así el 25 por ciento del Impuesto de Sociedades, y no el 48 % que le correspondía por IRPF. Además, se dedujo casi 150.000 euros que la Agencia Tributaria consideró injustificados. Fue a juicio, perdió, y pagó, con un recargo del 50 % de multa incluida.
"Suelo mentir mucho", nos decía en tono irónico hace no mucho y eso mismo pensaron los inspectores de la Agencia Tributaria cuando vio las declaraciones del valenciano. No le creyeron. Las discrepancias entre Hacienda y algunos contribuyentes son habituales por el modo en el que se interpreta la ley. En el caso de Maxim Huerta, el periodista se dedujo como gastos por actividad artística un total de 148.702 euros en los ejercicios de 2006, 2007 y 2008, durante los cuales su empresa (Almaximo Profesionales de la Imagen SL, ya extinguida) facturó un total de 798.521 euros. La inspección de Hacienda consideró que esos gastos eran injustificados, lo que acarreó el pago de una liquidación total de 365.938 euros por los tres ejercicios (218.322 más la multa del 50%).
El hoy ministro pleiteó y perdió, por lo que además tuvo que asumir las costas de los dos juicios en los que se enfrentó a Hacienda, según consta en la sentencia de Tribunal Superior de Justicia de Madrid emitidas hace un año y dadas a conocer por El Confidencial.
Los citados fallos consideran al periodista y escritor responsable de una infracción del artículo 191.1 de la Ley 58/2003 por dejar de ingresar en el plazo establecido en la normativa el importe de su deuda. Huerta tributó por el impuesto de sociedades y no por el IRPF, como debiera haber hecho. El primero es del 25% mientras que por el IRPF le correspondía un 48%.