Han llevado caminos opuestos pero se entrecruzaron en la portada de una revista del corazón. Olvido Hormigos pasó de la política al star system del famoseo por culpa de su célebre vídeo onanista, aquella canallada de la que fue víctima. Maxim ha hecho lo contrario: ha viajado desde el corazoneo a la política, y lo ha hecho a lo grande: como sucesor de Íñigo Méndez de Vigo y miembro del Gobierno de Pedro Sánchez.
El destino caprichoso quiso que el escritor valenciano, hoy ministro de Cultura y Deporte, y la ex concejala de Los Yébenes, ambos de la mano del Partido Socialista Obrero Español, compartieran no hace tanto (en el verano de 2016) la portada del semanario QMD, eso sí, cada uno con su propio reportaje. Él fue pillado por los fotógrafos; mientras que ella daba una exclusiva de aquellas de las que el propio Maximo hablaba cuando trabajó en Telecinco con Ana Rosa Quintana.
También Olvido ha tenido vínculos laborales con la reina de las mañanas y jefa de Huerta: la productora que se encargó de aquel concurso de saltos de trampolín en el que participó Hormigos fue Quarzo, la que en su día fuera compañía de la periodista de Usera. La antigua edil del municipio toledano antes del escándalo que recondujo su vida es 20 días más joven que Maxim. Ambos, nacidos bajo el signo de acuario, aman el agua, al menos cuando el calor de aquel julio apretaba. El periodista y la ex política demostraron que el bañador en el caso de Huerta o el biquini, en el de Hormigos, son prendas que adoran. La cuestión es que los paparazzi de Qué Me Dices sorprendieron al ex chico AR en Formentera, disfrutando de las aguas cálidas de la isla en la que 15 años antes Julio Médem y Paz Vega habían rodado Lucía y el sexo.
De eso hablaba precisamente Olvido Hormigos en la portada de QMD: "Llevo año y medio sin sexo", decía. Aquel verano la ex concejala fue la gran estrella de los programas del corazón porque, paradójicamente, presumía en los platós de haberse acostado con el conde Lequio en casa del marido de María Palacios, una relación que el italiano siempre ha negado y que le ha costado a Hormigos más de una demanda en los tribunales.
Maxim no demandó ni mucho menos a los que le hicieron las fotos en bañador. Se tomó con mucho humor que le sacaran los michelines. Tras un año sabático fuera de la televisión, el ex presentador había decidido ser únicamente escritor y en su columna del gratuito 20 minutos demostró que es muy divertido. Màxim bromeó sobre su figura oronda y quitó hierro a la polémica por su peso. "Sabía que tanto crepe me pasaría factura", escribió el ministro.
Lejos de molestarse, el periodista se tomó la situación con gran sentido del humor e ironizó sobre su figura. Maxim titulaba su artículo en 20 Minutos La ridícula catástrofe de unos kilos de más y dejaba clara su postura: está muy feliz con su cuerpo. Sus palabras daban a entender que por culpa del reportaje se puso a dieta. "Este artículo lo escribo con un café sin azúcar y dos galletas integrales que todavía estoy masticando", decía, evidenciando que las estaba pasando canutas para perder tallas. El hoy ministro de Cultura y Deporte, que ha reconocido no ser nada deportista, achacaba a su retiro de la televisión, para dedicarse a su vocación literaria, sus desórdenes alimenticios. "Me ponía morado en los buffets de los hoteles", señalaba.
