El actor, mundialmente conocido por su papel en Gladiator, ya no tiene la espectacular figura que le convirtió en uno de los sex symbols más queridos de Hollywood hace veinte años. Russell Crowe (54) ha reaparecido en público en el Coliseo de Roma con unos kilos de más y una barba larga y cana con los que resulta prácticamente irreconocible.
El intérprete ha presentado II Gladiatore, un acto solidario en el que se proyecta la mítica película con la banda sonora del filme interpretada en vivo por una orquesta y un coro con más de 200 músicos.

Sin embargo, todos los focos han estado puestos en el actor, y es que los presentes no daban crédito al aspecto de Russell. El artista ha aparecido vestido con polo negro y vaqueros y con un notable aumento de peso y una barba descuidada que no le favorecen demasiado.

El que fuera el musculoso Máximo Décimo Meridio de Gladiator engordó 30 kilos en medio año, hasta alcanzar los 120 kilos, para su papel en Dos buenos tipos. Poco después logró perder 24 pero parece que le está costando recuperar su aspecto musculado y deportivo a sus 54 años.
Además, Crowe no está atravesando un buen momento personal. Hace seis años que el actor australiano de origen neozelandés y Danielle Spencer pusieron fin a su relación tras nueve años de matrimonio y dos hijos en común. Tras seis décadas de disputas, acordaron que él le daría a su ex 15 millones de dólares y la mansión familiar en Sydney (valorada en 10 millones) en compensación por sus años de matrimonio, convirtiéndose así en uno de los más caros de Hollywood. Para cumplir su parte del trato, ha subastado algunos de sus objetos personales más preciados, como la armadura de Gladiator, su traje de Master and Commander y el pantalón de boxeo de Cinderella Man, con los que recaudó casi tres millones de euros.